El asturiano Gabriel Cagigas ganó el Campeonato Panasturiano de Bolos en su categoría juvenil de este año. Cagigas es natural de Noja (Asturias de Tresmiera) y con este trofeo se consagra como uno de los campeones y figuras de los bolos asturianos.
El jugador del equipo Villa de Noja Gabriel Cagigas demostró que es el mejor jugador de la categoría al conseguir el triunfo en el Campeonato Panasturiano juvenil tras haber ganado también hace más de un mes el de la provincia oriental. El bolista tresmerano además batió el récord de la competición que poseía Rubén Haya desde 1992, con 684 bolos, al hacer 698 sin emboques y con dos bolas quedas. En la final, Cagigas derrotó a Víctor González, que realizó también un torneo soberbio (677 bolos) con dos quedas.
Para Víctor, la clave estuvo en el tercer concurso. «Llevaba 14 de saca a Cagigas, pero tras hacer una queda en la tercera mano bajé mi rendimiento terminando con 114, por 148 de Gabi que pasó a tener 20 de saca a falta de dos concursos. Jugué a un gran nivel y me voy con un sabor agridulce pues podía haber conseguido algo más», admitió.
La fase final del Campeonato Panasturiano tuvo que trasladarse por la lluvia desde Oruña a la bolera cubierta de Velo, en Arce. La competición había arrancado a las ocho y media con el desempate entre Óscar Ortiz y Lucas Abascal, que se llevó el segundo. En la fase de la mañana quedaron apeados Rubén Cobo, que se lesionó en su segundo concurso tras tirar en el primero 115, el jugador de Asturias de Oviedo Jonatan González (175), Pablo Ramírez (207), José A. Castañeda (215), Julen Sabio (216) y Javier Fernández (223). En cuartos de final, Lucas Abascal no estuvo fino y con 107 bolos contabilizó un total de 332, ocupando la octava plaza. Samuel Fernández tampoco estuvo afortunado y tras tumbar 96 palos se quedó con 343. Rodrigo Herrera subía hasta los 350 y uno de los favoritos, Álvaro Laso, tras sumar 127 bolos, se plantó con 372 en quinta posición. En las semifinales entraban Raúl Fernández de Mali con 388. Dos más sumaba Héctor Salmón de Peñacastillu Anievas Mayba y 394 su compañero Víctor González.
El gran favorito, Gabriel Cagigas, ponía tierra de por medio tras hacer 148 y apuntarse 414 bolos en cuartos. En las semifinales, Raúl pinchaba con 101, quedándose con 489, y Héctor Salmón, tras tumbar 128, terminaba con 518. Víctor y Gabriel protagonizaban un duelo de altura, con unos registros de campeones, derribando 150 y 152 bolos respectivamente, para entrar con 544 y 566 palos a la final. Cagigas sacaba 22 bolos a su rival y se encontraba a 119 del récord de Haya antes del encuentro decisivo.
En la final, los dos jugadores siguieron ofreciendo un buen espectáculo. A raya alta, González llevaba 66 y Cagigas 69. Los dos bolistas apretaron hasta el final, buscando superar el registro de Haya. Víctor se quedó, tras hacer 133, con 677, a siete de igualarlo, mientras Cagigas lo pulverizaba dejando la nueva plusmarca en 698 bolos. «Espero que dure otros 20 años», decía en tono jocoso el campeón a la conclusión del choque. «Tras finalizar la mañana, Víctor me sacaba 14 bolos jugando de maravilla. Yo de tiro estaba cómodo, pero en el birle fallaba. Por la tarde todo cambió cuando empecé a birlar bien», aseguró.
El jugador del equipo Villa de Noja Gabriel Cagigas demostró que es el mejor jugador de la categoría al conseguir el triunfo en el Campeonato Panasturiano juvenil tras haber ganado también hace más de un mes el de la provincia oriental. El bolista tresmerano además batió el récord de la competición que poseía Rubén Haya desde 1992, con 684 bolos, al hacer 698 sin emboques y con dos bolas quedas. En la final, Cagigas derrotó a Víctor González, que realizó también un torneo soberbio (677 bolos) con dos quedas.
Para Víctor, la clave estuvo en el tercer concurso. «Llevaba 14 de saca a Cagigas, pero tras hacer una queda en la tercera mano bajé mi rendimiento terminando con 114, por 148 de Gabi que pasó a tener 20 de saca a falta de dos concursos. Jugué a un gran nivel y me voy con un sabor agridulce pues podía haber conseguido algo más», admitió.
La fase final del Campeonato Panasturiano tuvo que trasladarse por la lluvia desde Oruña a la bolera cubierta de Velo, en Arce. La competición había arrancado a las ocho y media con el desempate entre Óscar Ortiz y Lucas Abascal, que se llevó el segundo. En la fase de la mañana quedaron apeados Rubén Cobo, que se lesionó en su segundo concurso tras tirar en el primero 115, el jugador de Asturias de Oviedo Jonatan González (175), Pablo Ramírez (207), José A. Castañeda (215), Julen Sabio (216) y Javier Fernández (223). En cuartos de final, Lucas Abascal no estuvo fino y con 107 bolos contabilizó un total de 332, ocupando la octava plaza. Samuel Fernández tampoco estuvo afortunado y tras tumbar 96 palos se quedó con 343. Rodrigo Herrera subía hasta los 350 y uno de los favoritos, Álvaro Laso, tras sumar 127 bolos, se plantó con 372 en quinta posición. En las semifinales entraban Raúl Fernández de Mali con 388. Dos más sumaba Héctor Salmón de Peñacastillu Anievas Mayba y 394 su compañero Víctor González.
El gran favorito, Gabriel Cagigas, ponía tierra de por medio tras hacer 148 y apuntarse 414 bolos en cuartos. En las semifinales, Raúl pinchaba con 101, quedándose con 489, y Héctor Salmón, tras tumbar 128, terminaba con 518. Víctor y Gabriel protagonizaban un duelo de altura, con unos registros de campeones, derribando 150 y 152 bolos respectivamente, para entrar con 544 y 566 palos a la final. Cagigas sacaba 22 bolos a su rival y se encontraba a 119 del récord de Haya antes del encuentro decisivo.
En la final, los dos jugadores siguieron ofreciendo un buen espectáculo. A raya alta, González llevaba 66 y Cagigas 69. Los dos bolistas apretaron hasta el final, buscando superar el registro de Haya. Víctor se quedó, tras hacer 133, con 677, a siete de igualarlo, mientras Cagigas lo pulverizaba dejando la nueva plusmarca en 698 bolos. «Espero que dure otros 20 años», decía en tono jocoso el campeón a la conclusión del choque. «Tras finalizar la mañana, Víctor me sacaba 14 bolos jugando de maravilla. Yo de tiro estaba cómodo, pero en el birle fallaba. Por la tarde todo cambió cuando empecé a birlar bien», aseguró.
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