La Asociación de Productoras de Televisión de Asturias (APTVA) es la principal entidad representativa del sector audiovisual asturiano, y hasta fecha muy reciente la única.
Con 12 años de existencia y una decena de empresas asociadas, llegó a contar con 20 miembros, varios de los cuales se vieron obligados a formalizar su baja por las presiones recibidas desde el anterior Gobierno regional y la RTPA a causa de la beligerancia manifestada por la Asociación en defensa de la legalidad y en contra del peculiar sistema de contratación aplicado por el canal autonómico desde su misma creación.
Rechazamos, por tanto, el adjetivo de “minoritaria” con el que un periódico regional se refería en el día de ayer a nuestra asociación. Todas las personas vinculadas al sector audiovisual en Asturias saben perfectamente que la APTVA es la referencia en dicho sector y la única entidad que ha defendido en todos los ámbitos, con uñas y dientes, los intereses de las empresas y los trabajadores de esta industria.
También es conocido por todos cómo en 2007 se creó una segunda asociación, la AEPA, alentada desde el anterior Gobierno regional e integrada por las pocas empresas que recibían digitalmente los contratos de RTPA. En realidad, fue una simple escisión de la APTVA, promovida por varios asociados próximos al Gobierno de aquel momento, que, cuando hubo que tomar postura, optaron por agachar la cabeza antes que solicitar auxilio judicial en defensa de los intereses del sector.
En todo caso, ante el debate público generado acerca del futuro de la RTPA, y dadas las versiones interesadas que algunos medios de comunicación acostumbran a transmitir, la APTVA desea hacer públicas estas consideraciones:
1. La existencia de una televisión autonómica es una reivindicación histórica de todos los que trabajamos en este sector en Asturias, y su creación fue una noticia muy positiva acogida con júbilo. En otras Comunidades Autónomas, canales similares habían actuado como impulsores de las empresas regionales, creando empleo y facilitando la consolidación de un tejido de PYMES que en muchos casos ha llegado hasta hoy y ha conseguido incluso proyección internacional.
2. Desgraciadamente, la mayoría de los pasos que se dieron desde aquel momento inicial fueron por camino equivocado. La RTPA se puso en marcha al margen de las empresas asturianas y de espaldas a la sociedad. Casi toda la programación se encomendó a buscadores de fortuna procedentes de Madrid, Barcelona e incluso Miami. Para los de aquí, quedaron las migajas o, simplemente, la única opción de ser subcontratistas a precios de derribo.
3. La APTVA intentó por todos los medios que el presupuesto de producción de programas fuese distribuido equitativamente, e incluso que se discriminase positivamente a los empresarios locales del mismo modo que se hizo y se hace en otras televisiones autonómicas. El esfuerzo fue en vano. RTPA se consideró siempre al margen o por encima de la ley, particularmente de las leyes de contratos, que ha ignorado por completo. El dinero se repartió de manera opaca, fuera de todo control, y naturalmente recayó siempre en los mismos.
4. Al fracasar todas las vías de negociación iniciadas, APTVA, por acuerdo unánime de su Asamblea, encomendó la defensa de sus intereses a expertos juristas, quienes aconsejaron promover distintas acciones, como una denuncia ante la Fiscalía Anticorrupción o una demanda contra las Instrucciones de Contratación del Ente que recientemente ha admitido a trámite el Tribunal Superior de Justicia de Asturias. Cabe recordar que la propia Sindicatura de Cuentas quedó con los pelos de punta cuando pudo auditar las cuentas del Ente de un solo año.
5. RTPA está pagando cantidades astronómicas a esas pocas empresas elegidas por el dedo divino, por programas que casi cualquier productora asturiana podría hacer por un precio muy inferior, y además creando empleo estable en la región. Nos gustaría que se publicasen los precios que RTPA ha venido pagando por sus programas, y al mismo tiempo que podamos ver las nóminas de los trabajadores de a pie que los han hecho posibles. Más de uno se pondría colorado.
6. Antes de crearse RTPA existía en Asturias una pequeña constelación de televisiones locales, productoras y agencias de publicidad. Todo esto desapareció con el apagón analógico y la peculiar política desarrollada por el anterior Gobierno, encaminada a dejar un único canal visible que permitiese actuar como órgano de propaganda oficial. Según datos de la propia Administración regional, se han destruido al menos 1.000 empleos. Es decir, la situación no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado.
7. En cuanto a los salarios que se pagan a los trabajadores, especialmente de las productoras contratadas y subcontratadas, oscilan entre la vergüenza y el esclavismo. Eso sí, algunos empresarios (esos dos o tres que siempre reciben todos los contratos, sin molestarse en concurrir a ninguna licitación pública) habrán engordado sus cuentas en estos años. Sobre otros posibles destinos de los enormes sobrecostes pagados, preferimos no hablar por falta de pruebas (en este momento).
Sería muy ilustrativo también conocer los salarios que han venido percibiendo los directivos del Ente y el coste de los dos Consejos (de Administración y de Comunicación) que, con funciones concretas que desconocemos, aparte de las generosas dietas devengadas a sus miembros, supuestamente rigen los destinos de la RTPA.
8. Algunos ejemplos concretos del despilfarro que supone el modelo actual ya son conocidos por todos al haber sido publicados en distintos medios de comunicación: millones de euros pagados por fútbol o Fórmula 1 que se ven gratuitamente en otros canales en abierto, etc. Aunque no tenemos datos exactos, es posible que RTPA haya consumido casi 200 millones de euros desde su creación. Sentimos decir que esto apenas ha repercutido en el tejido industrial de la región: no se ha creado empleo, y el poco que hay es precario y pésimamente retribuido. En tiempos de crisis, entendemos perfectamente el sentir popular: esto no es prioritario, y máxime si no sirve para nada. Por ello, valoramos como correctos los pasos dados hasta la fecha por el nuevo Gobierno, al que expresamos nuestro apoyo y la mayor voluntad de colaboración.
9. En resumen, y a modo de conclusión: la APTVA defiende la existencia de una televisión autonómica en Asturias, pero rechaza rotundamente el modelo de gestión seguido hasta ahora y las estrategias aplicadas por su equipo directivo. Una vez más exigimos responsabilidades por las ilegalidades manifiestas que se han cometido, mantenemos vivas todas las acciones judiciales, y esperamos que los responsables, directos e indirectos, de esta penosa gestión respondan por lo que han hecho. Sabemos quienes han llevado las cosas a este callejón sin salida, y ante ello no hay más solución que la transparencia y la honradez: auditorías, legalidad y eficacia en la gestión de los caudales públicos.
10. Por último, queremos transmitir un mensaje de esperanza a los trabajadores que ven sus empleos peligrar. Sin duda, ellos son las víctimas, no los culpables. Una televisión autonómica en Asturias puede ser viable si se gestiona de manera radicalmente distinta, pero no lo es, en los tiempos actuales, con la disparatada dirección que RTPA ha padecido. Puede y debe haber trabajo para los profesionales asturianos del sector audiovisual, tanto en la RTPA como en otros canales que ya deberían estar emitiendo, pero las cosas deben replantearse por completo.