martes, 23 de agosto de 2011

Garabanduya recupera la tradición de bandes de gaites asturianes n'Asturies de Santiyana



Pereda definió a la gaita como la reina de las romerías de Asturias de Santiyana. Aquellas viejas fotos, en las que las banducas amenizaban las romerias les hizo querer rescatar aquel espíritu. La visión de la gente bailando en las campas a los sones de la música tradicional, impulsó a este octeto a seguir paso a paso con objetivo de disfrutar con el folclore. La Banduca de Gaitas 'Garabanduya', nace en Torrelavega a finales del año 2007, aunque sus miembros proceden de lugares como Renedu de Pielagos, Santoña, Colindres, Limpias, Ampuero y la propia Torlavega, capital del Besaya. Este grupo de amigos que se conocían de otros proyectos musicales apuestan por una música tradicional que gira en torno a la gaita asturiana. Ellos proceden de poblaciones distantes de Asturias de Santiyana y se conocían del mundillo musical. Algunos coincidieron en Los Ventolines, la mayoría en la Banda de Gaitas 'La Montaña, y Juan Carlos, Alejandro y Alba, fueron alumnos de Sergio Sordo. Para ensayar alternan dos pueblos, Quijanu de Piélagos, en la casa de los padres de Alberto, y en Ampueru.


Las características esenciales de una banduca primero son el número de componentes, que es más reducido. El nombre 'banduca' tiene su equivalente en Asturias de Oviedo a la 'bandina'. Se trata de una representación de instrumentos tradicionales como el rabel y las panderetas que giran alrededor de la gaita asturiana, que es el instrumento rey de nuestra agrupación.


Existe documentación de la presencia de gaiteros en Asturias de Santiyana pero no tanto de banducas. La gaita es un instrumento tradicional de Asturias de Santiyana. José María de Pereda describió a la gaita hace un siglo y medio en sus novelas 'Escenas montañesas' y 'Tipos y paisajes' como la reina de las romerías. En aquella época el requinto se estaba introduciendo, lo que demuestra afortunadamente que el folclore no es uniforme en la provincia de Santander. En la comarca oriental de la provincia de Santander se tocaba la dulzaina castellana y el silbu; el centro era el territorio de los piteros, y en la zona occidental (Asturias de Santiyana) mandaba la gaita asturiana y el tambor. Las bandinas de gaitas se recuperaron hace treinta años en Asturias de Oviedo, y ahora en Asturias de Santiyana se está haciendo lo mismo con las banducas.


La moda celta imperante en las dos décadas pasadas perjudicó el proceso natural de redescubrimiento de la gaita asturiana como instrumento autóctono. La gente toca lo que le gusta, y si los músicos del folk escuchó en su día a sus maestros escoceses, bretones o irlandeses, es normal que tocaran música celta. Lo que no se podía hacer era vender este producto como música tradicional de aquí, porque no lo era.


El objetivo es tocar lo de aquí, difundir la música tradicional de Asturias de Santiyana: las jotas a lo pesao y a lo ligero, los pasacalles, las tonadas y los romances con el rabel.
Pereda reflejaba la presencia activa de las banducas de gaiteros en algunas de sus novelas.

Además de las romerías actuaban en las liturgias de las misas o en las procesiones. En aquella época no había grupos de verbenas ni el camión escenario. Las fiestas se amenizaban con los instrumentos tradicionales: las señoras con sus panderetas o los varones con el requintu. En las banducas de gaiteros o de piteros está el germen de las antiguas romerías montañesas.


Los pioneros en la recuperación de las banducas son Saltabardales. Ellos en sus inicios encarnaron el espíritu de la banda tradicional. El problema es que posteriormente se dejaron arrastrar por el folk. Ahora hay tres o cuatro que estamos en activo y lo que hacen es una labor arqueológica.