Asturias de Tesmiera celebró el pasado 15 de septiembre a su patrona, la Bien Aparecida, la Virgen del valle del Asón. El obispo de Santander, Vicente Jiménez, pidió ayer a la Virgen Bien Aparecida promover la conversión social y moral y favorecer la cultura de la seriedad y sobriedad. «Ante la crisis económica es urgente introducir la cuestión moral en la política», afirmó el prelado durante la homilía pronunciada en el santuario de la patrona de Tresmiera, en Hoz de Marrón, ante miles de personas. Una intervención en la que, ante los principales líderes políticos de la región, pronunció palabras como «sacrificio», «austeridad», «solidaridad» para hacer frente a la «crisis económica y social persistente».
Y es que Vicente Jiménez tuvo palabras para todos los presentes, pero en este año, el primero de Ignacio Diego en la Presidencia regional, quiso dirigirse especialmente a todas las autoridades para recordar que en estos momentos «todos debemos ser solidarios y ayudarnos unos a otros». Incluso, minutos antes de empezar la ceremonia, el obispo hizo hincapié ante un grupo de periodistas de que en estos momentos tan convulsos debe «imperar la sobriedad y la ayuda de unos a otros».
La eucaristía fue el acto central de la jornada en honor a la patrona de Tresmiera, una fiesta que reúne año tras año a miles de personas. La de ayer fue una jornada cálida y no sólo en lo meteorológico. Desde muchos puntos de Las Asturias los fieles madrugaron para llegar a tiempo hasta el santuario y asistir a todos sus actos, sobre todo, a la misa en la que participaron los sacerdotes de las parroquias de la zona y este año, además, un religioso encargado de traducir toda la ceremonia a la lengua de signos para que las personas sordas que asistieron no se perdieran ni un sólo detalle.
La misa concluyó con cantos y danzas asturianas en honor a la Bien Aparecida, con el tradicional baile de Los Picayos y el del Pericote, a cargo del grupo La Robleda, el coru ronda La Fuentona y el grupu de gaitas Tras las Rozas. El cartero de Correpoco, con su canto de alabanza a La Tierruca y a la Virgen, puso el broche final a la ceremonia que había comenzado con una procesión alrededor de la campa. El pasado 9 de septiembre La Montaña celebró también a su patrona, la Virgen de Covadonga, en la vieja Cantabria, patrona de todas Las Asturias, con una procesión por las calles de Santander a los sones de las gaitas y los picayos.
Y es que Vicente Jiménez tuvo palabras para todos los presentes, pero en este año, el primero de Ignacio Diego en la Presidencia regional, quiso dirigirse especialmente a todas las autoridades para recordar que en estos momentos «todos debemos ser solidarios y ayudarnos unos a otros». Incluso, minutos antes de empezar la ceremonia, el obispo hizo hincapié ante un grupo de periodistas de que en estos momentos tan convulsos debe «imperar la sobriedad y la ayuda de unos a otros».
La eucaristía fue el acto central de la jornada en honor a la patrona de Tresmiera, una fiesta que reúne año tras año a miles de personas. La de ayer fue una jornada cálida y no sólo en lo meteorológico. Desde muchos puntos de Las Asturias los fieles madrugaron para llegar a tiempo hasta el santuario y asistir a todos sus actos, sobre todo, a la misa en la que participaron los sacerdotes de las parroquias de la zona y este año, además, un religioso encargado de traducir toda la ceremonia a la lengua de signos para que las personas sordas que asistieron no se perdieran ni un sólo detalle.
La misa concluyó con cantos y danzas asturianas en honor a la Bien Aparecida, con el tradicional baile de Los Picayos y el del Pericote, a cargo del grupo La Robleda, el coru ronda La Fuentona y el grupu de gaitas Tras las Rozas. El cartero de Correpoco, con su canto de alabanza a La Tierruca y a la Virgen, puso el broche final a la ceremonia que había comenzado con una procesión alrededor de la campa. El pasado 9 de septiembre La Montaña celebró también a su patrona, la Virgen de Covadonga, en la vieja Cantabria, patrona de todas Las Asturias, con una procesión por las calles de Santander a los sones de las gaitas y los picayos.