Recientemente se han publicado valoraciones y aseveraciones muy tajantes, incluso juicios de valor, sobre el conflicto conocido como el de los “Despedidos de Duro Felguera”. Curiosamente tal circunstancia coincide con el reconocimiento institucional, langreana de honor, que en julio pasado se le ha concedido a Lucinda Torre, fundamentalmente por la película que ha producido y realizado sobre éste conflicto.
El proceder desde que se estrenó la película en el festival de cine de Gijón, año 2006, viene a confirmar lo que algunos ya sabíamos: que todos los regimenes tienen múltiples formas propagandísticas. En este caso, además, nos demuestran lo sofisticados y retorcidos que empiezan a ser, y un régimen vístase de lo que se vista, practica sobre todo eso de que “el fin –el poder- justifica los medios”. Violaron nuestros derechos fundamentales, así lo sentenció el Tribunal Constitucional, nos reprimieron con ensañamiento y han cogido la historia le han dado casi la vuelta y la venden como propaganda propia, como si ellos hubiesen sido los reos injustamente condenados, habiendo sido verdugos, después de juez y parte. Incluso se lleva la película a Bruselas y Sudamérica, como recientemente a Bolivia, todo muy calculado, donde, cuando y como, incluso el mensaje publicitario que precede a la película cambia, en función del lugar y las inquietudes que mueven a los espectadores. Mientras aquí, ante una situación generalizada, EREs al por mayor, como la vivida por los “Despedidos de Duro Felguera”, no pasa de los festivales y la película no se puede ni tan siquiera conseguir.
Muchos de los motivos de este conflicto, responsabilidades, así como de las claves en la resolución del mismo, han sido ninguneadas y/o tendenciosamente manipuladas. Entendemos que las verdaderas razones de todo ello, y que se continúe tergiversando todavía a día de hoy, es porque se utilizó en aspectos claves ante la mayor reforma laboral del país desde que se aprobó el estatuto del trabajador, allá por la década de los 80; y a que la mayoría de las responsabilidades en todo ello, incluído el hecho de que se produjera el propio conflicto, es de los gobiernos del PSOE de la época y de los sindicatos U.G.T. y CC.OO.
Además de lo anterior, está el hecho de que muchas de las claves contempladas, por los trabajadores despedidos de Duro Felguera, a la hora de afrontar en su momento el conflicto, debe analizarse desde el posterior proceso seguido por estos, que en su día supuso un salto cualitativo, en la defensa de proyectos industriales y derechos fundamentales, hecho por y desde un colectivo olvidado y marginado por las organizaciones oficializadas e instituciones. En la actualidad son muchos los trabajadores, que día tras día, se ven en la misma situación, quedando a su vez abandonados a su suerte. Hemos decidido, por todo ello, elaborar un documento en varias partes, donde poder abordar y responder una vez más a todos estos aspectos.
Para que se pueda apreciar la actualidad del asunto que exponemos, lo haremos a través de una de las últimas reflexiones que nos puede dejar la reciente actualidad que ha generado. Y lo haremos con uno de los múltiples interrogantes que nos suscita la tendenciosa y manipulada historia cinematográfica que Lucinda Torre ha realizado y producido de este conflicto laboral, y que pasea de festival en festival.
Uno de los objetivos del documental, que al final se denomina película, era el didáctico, proyectar hacia la sociedad una serie de valores, de actitudes y propuestas ante los problemas que se avecinaban y que hoy son actuales.
Se pretendía, en este sentido, transmitir una manera de afrontarlos desde la colectividad y la resistencia, aspectos que si se pueden apreciar en el film. Pues bien, desde el año 2006, año del estreno, y ya van tres años, solo se ha llevado de festival en festival, y todos conocemos la dudosa objetividad de muchos de esos festivales a la hora de adjudicar los premios, donde el marcado hacer político resulta bastante evidente, algo así como el galardón de langreana de honor otorgado recientemente y que recibirá el 8 de septiembre en El Carbayu–Langreo, y que ha sido concedido fundamentalmente por ésta producción cinematográfica.
¿Por que la película, independientemente de su tendenciosa manipulación, no ha sido emitida por TVE?. Recordemos que el ente la compró por dieciséis millones de las antiguas pesetas, que incluso la anunció, pero que al fin no se emitió, curiosamente este hecho se produjo cuando iban a comenzar el interminable rosario de ERES que está asolando el mercado de trabajo de este país, seguro que ha sido pura casualidad.
¿Por que no ha sido comercializada para que circule entre la gente?. Ya no digo colgada en internet, la SGAE manda, pero comercializada cumpliría al menos algunos de los fines que se decían y querían perseguir. Habría servido ya a muchos, y por ejemplo muy recientemente a los trabajadores de la NISSAN de Barcelona, que la semana pasada cuando se iban a incorporar a sus puestos de trabajo, como todos los días, se encontraron la puerta cerrada sin previo aviso, tal vez hubieran recordado lo de la colectividad, lo de organizarse y lo de resistir, al menos.
En fin, cine social tendenciosamente manipulado, enlatado, bien pagado, muy premiado; tratamiento muy completo para convertirlo en demagógica propaganda del progresismo. Pero, casualidad, todo cuando más vigor y aplicación tiene el mensaje de la propia historia, entonces es calculadamente retenido, solo festivales para engrosar de premios y exposición donde se puede vender seudo compromiso social y seudo revolución.
Esta primera parte –en dos capítulos- son las ideas de partida, que surgieron al materializarse los despidos, y que fueron tenidas en cuenta para establecer una forma de mirar y aceptar la realidad que nos habían impuesto. Asumido esto tocaba saber en que nos debíamos fijar y como, para a continuación apoyarnos tozudamente en ello durante todos los años de conflicto. El objetivo era auto-dotarnos de la ENERGÍA, INTENSIDAD Y PASIÓN necesarias y siempre imprescindibles para resistir y profundizar en la solución del problema, mientras resistíamos.
Es también una doble reflexión: La primera acerca de hacia donde miramos realmente ante los problemas fundamentales y como. Y la segunda es sobre como se puede tratar la primera, es decir, cómo poder paliar la desdicha, desconfianza y temor colectivo, al no tener reacción ante el fracaso actual del sistema, una manera de sacudirse el miedo para poder reaccionar.
Y sobre todo confirmar que no olvidemos, que nadie, ni organización alguna, resolverá nuestros problemas, ni individuales, ni colectivos. Tal vez urge ya poner en práctica eso de que se debe dudar de todo lo que se ha dicho, sin importar quien lo haya dicho. Solo así podremos ver lo nuevo.
La revolución necesaria y posible, es hoy, la mental
El proceder desde que se estrenó la película en el festival de cine de Gijón, año 2006, viene a confirmar lo que algunos ya sabíamos: que todos los regimenes tienen múltiples formas propagandísticas. En este caso, además, nos demuestran lo sofisticados y retorcidos que empiezan a ser, y un régimen vístase de lo que se vista, practica sobre todo eso de que “el fin –el poder- justifica los medios”. Violaron nuestros derechos fundamentales, así lo sentenció el Tribunal Constitucional, nos reprimieron con ensañamiento y han cogido la historia le han dado casi la vuelta y la venden como propaganda propia, como si ellos hubiesen sido los reos injustamente condenados, habiendo sido verdugos, después de juez y parte. Incluso se lleva la película a Bruselas y Sudamérica, como recientemente a Bolivia, todo muy calculado, donde, cuando y como, incluso el mensaje publicitario que precede a la película cambia, en función del lugar y las inquietudes que mueven a los espectadores. Mientras aquí, ante una situación generalizada, EREs al por mayor, como la vivida por los “Despedidos de Duro Felguera”, no pasa de los festivales y la película no se puede ni tan siquiera conseguir.
Muchos de los motivos de este conflicto, responsabilidades, así como de las claves en la resolución del mismo, han sido ninguneadas y/o tendenciosamente manipuladas. Entendemos que las verdaderas razones de todo ello, y que se continúe tergiversando todavía a día de hoy, es porque se utilizó en aspectos claves ante la mayor reforma laboral del país desde que se aprobó el estatuto del trabajador, allá por la década de los 80; y a que la mayoría de las responsabilidades en todo ello, incluído el hecho de que se produjera el propio conflicto, es de los gobiernos del PSOE de la época y de los sindicatos U.G.T. y CC.OO.
Además de lo anterior, está el hecho de que muchas de las claves contempladas, por los trabajadores despedidos de Duro Felguera, a la hora de afrontar en su momento el conflicto, debe analizarse desde el posterior proceso seguido por estos, que en su día supuso un salto cualitativo, en la defensa de proyectos industriales y derechos fundamentales, hecho por y desde un colectivo olvidado y marginado por las organizaciones oficializadas e instituciones. En la actualidad son muchos los trabajadores, que día tras día, se ven en la misma situación, quedando a su vez abandonados a su suerte. Hemos decidido, por todo ello, elaborar un documento en varias partes, donde poder abordar y responder una vez más a todos estos aspectos.
Para que se pueda apreciar la actualidad del asunto que exponemos, lo haremos a través de una de las últimas reflexiones que nos puede dejar la reciente actualidad que ha generado. Y lo haremos con uno de los múltiples interrogantes que nos suscita la tendenciosa y manipulada historia cinematográfica que Lucinda Torre ha realizado y producido de este conflicto laboral, y que pasea de festival en festival.
Uno de los objetivos del documental, que al final se denomina película, era el didáctico, proyectar hacia la sociedad una serie de valores, de actitudes y propuestas ante los problemas que se avecinaban y que hoy son actuales.
Se pretendía, en este sentido, transmitir una manera de afrontarlos desde la colectividad y la resistencia, aspectos que si se pueden apreciar en el film. Pues bien, desde el año 2006, año del estreno, y ya van tres años, solo se ha llevado de festival en festival, y todos conocemos la dudosa objetividad de muchos de esos festivales a la hora de adjudicar los premios, donde el marcado hacer político resulta bastante evidente, algo así como el galardón de langreana de honor otorgado recientemente y que recibirá el 8 de septiembre en El Carbayu–Langreo, y que ha sido concedido fundamentalmente por ésta producción cinematográfica.
¿Por que la película, independientemente de su tendenciosa manipulación, no ha sido emitida por TVE?. Recordemos que el ente la compró por dieciséis millones de las antiguas pesetas, que incluso la anunció, pero que al fin no se emitió, curiosamente este hecho se produjo cuando iban a comenzar el interminable rosario de ERES que está asolando el mercado de trabajo de este país, seguro que ha sido pura casualidad.
¿Por que no ha sido comercializada para que circule entre la gente?. Ya no digo colgada en internet, la SGAE manda, pero comercializada cumpliría al menos algunos de los fines que se decían y querían perseguir. Habría servido ya a muchos, y por ejemplo muy recientemente a los trabajadores de la NISSAN de Barcelona, que la semana pasada cuando se iban a incorporar a sus puestos de trabajo, como todos los días, se encontraron la puerta cerrada sin previo aviso, tal vez hubieran recordado lo de la colectividad, lo de organizarse y lo de resistir, al menos.
En fin, cine social tendenciosamente manipulado, enlatado, bien pagado, muy premiado; tratamiento muy completo para convertirlo en demagógica propaganda del progresismo. Pero, casualidad, todo cuando más vigor y aplicación tiene el mensaje de la propia historia, entonces es calculadamente retenido, solo festivales para engrosar de premios y exposición donde se puede vender seudo compromiso social y seudo revolución.
Esta primera parte –en dos capítulos- son las ideas de partida, que surgieron al materializarse los despidos, y que fueron tenidas en cuenta para establecer una forma de mirar y aceptar la realidad que nos habían impuesto. Asumido esto tocaba saber en que nos debíamos fijar y como, para a continuación apoyarnos tozudamente en ello durante todos los años de conflicto. El objetivo era auto-dotarnos de la ENERGÍA, INTENSIDAD Y PASIÓN necesarias y siempre imprescindibles para resistir y profundizar en la solución del problema, mientras resistíamos.
Es también una doble reflexión: La primera acerca de hacia donde miramos realmente ante los problemas fundamentales y como. Y la segunda es sobre como se puede tratar la primera, es decir, cómo poder paliar la desdicha, desconfianza y temor colectivo, al no tener reacción ante el fracaso actual del sistema, una manera de sacudirse el miedo para poder reaccionar.
Y sobre todo confirmar que no olvidemos, que nadie, ni organización alguna, resolverá nuestros problemas, ni individuales, ni colectivos. Tal vez urge ya poner en práctica eso de que se debe dudar de todo lo que se ha dicho, sin importar quien lo haya dicho. Solo así podremos ver lo nuevo.
La revolución necesaria y posible, es hoy, la mental