El presidente de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos criticó la ambigüedad calculada del candidato del PP Mariano Raxoy en el debate previo a las Elecciones Generales españolas por no querer comprometerse a realizar ninguna promesa o realización futura de gobierno que le comprometa. La ambiguedad "gallega" del candidato del PP, según munchos de los que le conocen es un rasgo típico del candidato pontevedrés que nunca se sabe a ciencia cierta si va o si viene, si va a hacer o a dejar de hacer alguna cosa o proyecto. Casi todos los comentaristas lo achacan a su crónica falta de decisión como una caractarística de su personalidad gallega.
El presidente asturiano, Francisco Alvarez Cascos, en relación al debate televisado, que el candidato socialista Alfredo Pérez Rubacaba "jugó a amarrar el resultado", mientras que el líder del PP, Mariano Raxoy, "salió a no comprometerse para tener las manos libres".
En un desayuno informativo, organizado por Europa Press, Cascos ha subrayado que, en su opinión, Rubalcaba planteó el debate para "retener a sus propias bases y no perder más votos" y ha apuntado que esa misma estrategia ya la usó el PP, partido en el que él militó, en 1989. "Todos hemos hecho algo parecido", ha reconocido.
El hecho de que, en su opinión, Rajoy saliese a no comprometerse abre "muchos elementos de preocupación sobre lo que va ocurrir en los mil días siguientes. No lo que pueda pasar el 20 de noviembre, que está descontado, pero sí a partir del día 21", ha dicho.
El presidente asturiano ha relatado que no pudo ver el debate, ya que se encontraba de viaje por carretera al término de un mitin en Siero, pero sí lo escuchó por radio, al menos en parte.
A su juicio, la preocupación de Rubalcaba era frenar la abstención y la fuga de votos a otros partidos, y ha asegurado que el candidato socialista "salió de perdedor" o, al menos "a no perder por goleada".
"Lo que me preocupa es que los compromisos concretos para conocer y asegurar qué pasará a partir del día 20 no han salido en el debate", ha dicho Cascos, quien se ha mostrado comprensivo con que hubiera algunas lagunas, propias de un debate de dos horas.
No obstante, ha precisado que su interpretación era resultado del discurso, ya que no vio el cara a cara, por lo que, amparado en que no fue telespectador, no ha querido aventurar un resultado de vencedores y vencidos.
Por otro lado el presidente asturiano, no se cansa en repetir en sus discursos, la íntima unión existente entre las dos Asturias, la de Oviedo y la de Santiyana.