sábado, 17 de septiembre de 2011

Piden a Cascos que destituya yá al socialista madrileñu Guerenabarrena de la RTPA

Desde hace ya varios años son muchas las voces que vienen denunciando los evidentes casos de corrupción, favoritismo, opacidad, enchufismo y otras ilegalidades en la sociedad pública de radiotelevisión asturiana, la RTPA. Después de muchas denuncias a los medios y ante las causas judiciales abiertas como la del Caso Riopedre algunos directivos como el director del ente RTPA José Ramón Pérez Ornia decidieron abandonar el barco radiotelevisivo ante los nuevos tiempos fiscalizadores. Son por ello muchas las voces que piden al nuevo gobierno asturiano que destituya sin más demora al actual director de la RTPA el socialista madrileño Juan José Guerenabarrena. Las denuncias sobre la RTPA fueron continuas en estos años y como ejemplo basta ver las opiniones vertidas en medios como elcomentario.tv que reproducimos a continuación:

"El señor José Luis García-Bericúa y otros cuantos palmeros de la etapa de Areces deberían explicar al personal que es lo que han estado apoyando durante estos años. Como puede ser que no hayan dicho ni pío mientras Zebra, Mediapro y Plural, entre otros, hacían que se evaporaran la mayoría de los 150 millones de euros invertidos en el invento hasta la fecha.

Toda Asturias sabe que esta tele ha sido un mamoneo constante desde su inicio. Su desprestigio se lo ha ganado ella solita gracias a un equipo directivo compuesto por vividores, unos procedimientos de contratación de locos y un Consejo de Administración sumiso hasta el ridículo al poder Arecista. PP incluido.

Tampoco ha destacado, durante estos años, por su valentía la actitud de unos sindicatos, que sabiendo de sobra lo que estaba pasando, no movieron un dedo a pesar de saber perfectamente que cuatro amigos se lo estaban llevando crudo año tras año. No se vio mucho movimiento solidario cuando, tras el cierre de las locales, se quedaron en la calle un montón de trabajadores. Estos, que acumulan hoy varios años de paro o exilio, habrían agradecido entonces que sus compañeros de la tele o de las productoras tocadas por el divino dedo de Ornia hubieran dicho algo.

Nadie debería quedarse en la calle, ni los que antes lo hicieron ni los que ahora podrían sufrir las consecuencias de esta desastrosa gestión, porque si las cosas se hubieran hecho de otra manera con la oposición cumpliendo su labor, otro gallo cantaría ahora sin duda. Lo que no puede pensar nadie es que ,tal como han dejado el solar las hordas de Areces, iba a seguir la fiesta como si la famosa crisis no fuera con nosotros. Con problemas para financiar servicios básicos como la sanidad o la educación y con los alemanes obligando al Gobierno de Madrid a recortar la sangría de las autonomías está claro que las cosas no pueden seguir así. Existen prioridades entre las que no están las poltronas de Juan José Guerenabarrena y sus secuaces ni las cuentas de resultados de los propietarios de Zebra, Mediapro etc

Este cuento, el de la tele, es como el del Rey al que todos veían desnudo pero nadie se atrevía a decirle la cruda realidad. Era mejor alabar la finura de la tela y su hermoso diseño que espetarle a la cara que estaba en pelotas.

Pues bien, como todos los cuentos, este también tiene fin y como a menudo sucede su objetivo es transmitir un mensaje moralizante.

Los propietarios de las grandes productoras que durante años han hecho caja van a largarse por donde vinieron, los admiradores de la tela invisible se quedarán, con dos palmos de narices, viendo como se van de rositas y a Guerenabarrena y Cia no los va a mover de la silla ni el tato hasta que terminen de chupar el último de los euros que quede.

Un llibru denuncia que la invención de "Castiella" foi pa destruyir al Reinu d'Asturies.






A mediados de siglo XIII, el rey de Castilla Alfonso X aspiraba a convertirse en emperador del Sacro Imperio Romano-Germánico. Conocido como el Sabio, su actividad reformadora y conquistadora fue abrumadora. Intensificó la ocupación militar deAl-Andalus, lidió con una rebelión mudéjar y otra de sus propios nobles, repobló la Península de norte a sur, impulsó leyes sobre las más variadas materias, saneó la hacienda, fue un mecenas cultural e incluso escribió libros sobre derecho, astronomía o medicina. Castilla iba camino de convertirse en un gran imperio, aunque Alfonso X era consciente de una importante flaqueza del reino, su corta historia: fue de los últimos en crearse (año 1065) y en realidad no tuvo un papel determinante en los primeros siglos de la reconquista, protagonizada por los reinos de Asturias y de León.

"Alfonso X necesitaba presentar Castilla como lo más puro y legendario posible. ¿Cómo lo hace? Exagerando lo que le interesa y minimizando lo que no, dando por válidos mitos y leyendas creados por una serie de personajes muy concretos quereinventaron el pasado de Castilla para que casara con esa época ya gloriosa de imperio. Esas exageraciones y medias verdades acabaron pasando a la corriente histórica como verdad incontestable", explica el columnista y ex director de Público Ignacio Escolar, autor junto a su padre, el también periodista Arsenio Escolar, del libro La nación inventada, que publicará la editorial Península el próximo 30 de septiembre.

"Equiparan el origen de Castilla al de Asturias y no es así ni de lejos"
Padre e hijo, ambos naturales de la provincia de Burgos, se propusieron emular a Indro Montanelli y su Historia de Roma con un relato divulgativo, para el gran público, y con técnicas periodísticas sobre una época no del todo clarificada. "La historia de Castilla es un momento de la historia de España bastante desconocido: la gente llega a los Reyes Godos, los recita con rapidez, de ahí nos invaden los moros, volvemos con los Reyes Católicos y en medio no ha pasado nada", afirma Ignacio Escolar.

Los autores rescatan las últimas tesis de los historiadores para constatar que desde finales del siglo XII y hasta mediados del siglo XIII, un puñado de cronistas y poetas se inventó una patria, Castilla, creando una serie de falsos mitos y ensalzando a determinados personajes que en realidad no fueron tan importantes. "Castilla es uno de los últimos reinos que aparecen, pero estas maniobras la sitúan como el gran reino que desde siempre se empeñó en la reconquista. Le ponen un origen equivalente a la Asturias de Don Pelayo y no es así ni de lejos. La Asturias de Don Pelayo nace en el año 718, mientras que Castilla como tal no aparece hasta 1065, más de 300 años después", enfatiza Arsenio Escolar.

El otro Cid
El Cid fue "en realidad un señor de la guerra lleno de claroscuros"
Ni El Cid se libra. Los cronistas de la época, anónimos en su mayoría, proyectaron sobre la figura del caballero todo tipo de virtudes que casi lo elevaban a la categoría de santo, cuando "en realidad fue un señor de la guerra lleno de claroscuros, capaz de ganar batallas después de muerto", dicen los autores.

También Fernán González, considerado el gran padre de Castilla y un héroe de la independencia del reino, jugó un papel mucho más discreto del que le atribuyen aquellas primeras crónicas. "En los tres siglos que siguen a su muerte no hay ni un papel que le mencione. Sólo después, cuando un fraile escribe la historia de Castilla desde la abadía donde está enterrado Fernán González, decide convertirlo en un gran personaje. Y lo hace porque tiene los restos del conde a su lado y le interesa convertir el lugar en una zona de peregrinos", sostiene IgnacioEscolar.

Los dos periodistas creen que este libro ayuda a tomar distancia con el mapa de la Península en la actualidad. La configuración presente, según Ignacio, "se debe a decisiones de reyes que más tarde se convierten en realidades culturales, pero que en el momento en que suceden no existen como tal".