El PSOE astur quier manipular la historia d'Asturies
cola so arqueóloga "oficial" Fernández Ochoa
A hora resulta que la doctora Fernández Ochoa, que por lo que se ve es la mentora de la señora consejera ¿de Cultura? del Principado, no defiende en EL COMERCIO de este domingo que Gijón sea la cabecera de la Vía de la Plata (el otro día en un artículo aquí en León decía que también era Lugo), sino el final de un «ramal transmontano de la Ruta de la Plata». Pues nada, el Ayuntamiento de Gijón, que es el impulsor y coordinador de la falsificación de la Vía de la Plata, a cambiar toda su promoción turística, con el fin de que los viajeros conozcan el «ramal transmontano». Aun en este supuesto, tendrá que inventar el emplazamiento de las mansio, los miliarios, en fin, la propia calzada.
La verdad es que a esta profesora, respecto a la Vía de la Plata, le sucede lo que a todos nosotros, que por sí misma sabe bien poco; sólo que en vez de respetar a quienes conocen y han publicado con solvencia estudios sobre este camino histórico, selecciona datos de aquí y de allá para su fingida teoría. Lo que este domingo aseveraba en estas páginas es una versión torticera -amputada- de la fuente que se nutre, que no es otra que los estudios del catedrático de la Complutense Roldán-Hervás. Dice poco en su favor el que ni siquiera conozca su último ensayo 'El Camino de la plata: iter o negotium', donde no defiende taxativamente el origen árabe para su denominación, sino que baraja otras tesis; donde también deja sentado lo apropiado del título de su tesis 'Íter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata, y la oportuna designación Vía de la Plata, una vez descubierto el miliario de Milles de la Polvorosa (numeral CCLIX)'. Tampoco parece que se haya enterado de los textos del propio catálogo de la exposición sobre este camino histórico (ahora abierta en el Museo Arqueológico de Oviedo), para el caso que nos concierne, del catedrático Abilio Rabanal. Incluso no se ha querido 'empapar' del estudio del catedrático Rodríguez Colmenero, el mayor conocedor de las calzadas romanas en el ámbito de las actuales Galicia y Portugal. Pues los tres, que sí saben de lo que hablan y mejor de lo que escriben, dejan bien sentado en el Catálogo de la exposición citada, con datos fehacientes (documentales, arquitectónicos y arqueológicos) la veracidad de la calzada de la Vía de la Plata y de la Vía Astúrica-Lucus. Por contra, su estudio en esta exposición es un cúmulo de vaguedades, probabilidades y suposiciones, de tal suerte que desmerece su ensayo en comparación con los de los demás. Para esta profesora ahora resulta que la calzada de la Plata, en cuyo trazado vivo (trazado vivo desde hace más de dos mil años) está la denominación Vía de la Plata desde el siglo XVI, no es una camino histórico con su principio y final, cuando los miliarios (el mayor número conservado in situ prácticamente de Europa) así lo atestiguan, junto a otras fuentes documentales, arqueológicas, arquitectónicas.
El daño patrimonial y económico de tal falsificación para cuantos pueblos están emplazados en la Vía ha sido enorme, como igualmente sería para Asturias el que destinaran los dineros a hacer creer que la Cueva de Tito Bustillo está en un peñasco de Teruel. Según esta doctora: ¿y por qué no?, a fin de cuentas cualquiera puede denominar una gruta como Cueva de Tito Bustillo, tomar su verdadera identidad, y 'publicitarla' en un paraje de Gambia. O bien: dado que en la Vía de la Plata, desde Emérita (Mérida) a Astúrica (Astorga) enlazan un gran número de calzadas romanas en la dirección de los puntos cardinales, también podemos entender que esta Vía llega hasta Zaragoza y Burdeos, Braga y Huelva; y como es un concepto, según esta profesora, incluso hasta el Magreb, pues por ella subieron aborígenes a conquistar Hispania. Curiosa teoría ésta de la profesora Ochoa: según su parecer hasta podríamos ir a Castellón sin abandonar la Nacional 630.
La doctora Fernández Ochoa da la impresión de que ahora sale como apagafuegos porque ha asesorado indebidamente a las autoridades de esa hermosa tierra y las ha embarcado en una complicada táctica, que más allá del ámbito turístico tiene como trasfondo la interpretación de la propia historia antigua de Asturias. Y considero sería muy positivo la celebración de un debate abierto en esa ciudad, un debate riguroso, en el que participasen junto a ella quienes sí han estudiado y pisado las calzadas romanas (Abilio Rabanal, Roldán Hervás, Colmenero..., sin olvidar, obviamente, a la propia Universidad de Oviedo).
Permítaseme la redundancia: a esta profesora algunos políticos de esa hermosa tierra la están tras las bambalinas azacaneando para que actúe, repito, de apagafuegos ante el mayor timo sobre un camino histórico que España ha conocido en los dos últimos siglos. Urge, urge ese debate riguroso en esa gran ciudad. Sin duda, interesa, pues pocos blogs habrán contado con tal concurrencia de participantes como los relativos a la Vía de la Plata a raíz de las desafortunadas declaraciones de la señora Consejera ¿de Cultura?
La verdad es que a esta profesora, respecto a la Vía de la Plata, le sucede lo que a todos nosotros, que por sí misma sabe bien poco; sólo que en vez de respetar a quienes conocen y han publicado con solvencia estudios sobre este camino histórico, selecciona datos de aquí y de allá para su fingida teoría. Lo que este domingo aseveraba en estas páginas es una versión torticera -amputada- de la fuente que se nutre, que no es otra que los estudios del catedrático de la Complutense Roldán-Hervás. Dice poco en su favor el que ni siquiera conozca su último ensayo 'El Camino de la plata: iter o negotium', donde no defiende taxativamente el origen árabe para su denominación, sino que baraja otras tesis; donde también deja sentado lo apropiado del título de su tesis 'Íter ab Emerita Asturicam. El Camino de la Plata, y la oportuna designación Vía de la Plata, una vez descubierto el miliario de Milles de la Polvorosa (numeral CCLIX)'. Tampoco parece que se haya enterado de los textos del propio catálogo de la exposición sobre este camino histórico (ahora abierta en el Museo Arqueológico de Oviedo), para el caso que nos concierne, del catedrático Abilio Rabanal. Incluso no se ha querido 'empapar' del estudio del catedrático Rodríguez Colmenero, el mayor conocedor de las calzadas romanas en el ámbito de las actuales Galicia y Portugal. Pues los tres, que sí saben de lo que hablan y mejor de lo que escriben, dejan bien sentado en el Catálogo de la exposición citada, con datos fehacientes (documentales, arquitectónicos y arqueológicos) la veracidad de la calzada de la Vía de la Plata y de la Vía Astúrica-Lucus. Por contra, su estudio en esta exposición es un cúmulo de vaguedades, probabilidades y suposiciones, de tal suerte que desmerece su ensayo en comparación con los de los demás. Para esta profesora ahora resulta que la calzada de la Plata, en cuyo trazado vivo (trazado vivo desde hace más de dos mil años) está la denominación Vía de la Plata desde el siglo XVI, no es una camino histórico con su principio y final, cuando los miliarios (el mayor número conservado in situ prácticamente de Europa) así lo atestiguan, junto a otras fuentes documentales, arqueológicas, arquitectónicas.
El daño patrimonial y económico de tal falsificación para cuantos pueblos están emplazados en la Vía ha sido enorme, como igualmente sería para Asturias el que destinaran los dineros a hacer creer que la Cueva de Tito Bustillo está en un peñasco de Teruel. Según esta doctora: ¿y por qué no?, a fin de cuentas cualquiera puede denominar una gruta como Cueva de Tito Bustillo, tomar su verdadera identidad, y 'publicitarla' en un paraje de Gambia. O bien: dado que en la Vía de la Plata, desde Emérita (Mérida) a Astúrica (Astorga) enlazan un gran número de calzadas romanas en la dirección de los puntos cardinales, también podemos entender que esta Vía llega hasta Zaragoza y Burdeos, Braga y Huelva; y como es un concepto, según esta profesora, incluso hasta el Magreb, pues por ella subieron aborígenes a conquistar Hispania. Curiosa teoría ésta de la profesora Ochoa: según su parecer hasta podríamos ir a Castellón sin abandonar la Nacional 630.
La doctora Fernández Ochoa da la impresión de que ahora sale como apagafuegos porque ha asesorado indebidamente a las autoridades de esa hermosa tierra y las ha embarcado en una complicada táctica, que más allá del ámbito turístico tiene como trasfondo la interpretación de la propia historia antigua de Asturias. Y considero sería muy positivo la celebración de un debate abierto en esa ciudad, un debate riguroso, en el que participasen junto a ella quienes sí han estudiado y pisado las calzadas romanas (Abilio Rabanal, Roldán Hervás, Colmenero..., sin olvidar, obviamente, a la propia Universidad de Oviedo).
Permítaseme la redundancia: a esta profesora algunos políticos de esa hermosa tierra la están tras las bambalinas azacaneando para que actúe, repito, de apagafuegos ante el mayor timo sobre un camino histórico que España ha conocido en los dos últimos siglos. Urge, urge ese debate riguroso en esa gran ciudad. Sin duda, interesa, pues pocos blogs habrán contado con tal concurrencia de participantes como los relativos a la Vía de la Plata a raíz de las desafortunadas declaraciones de la señora Consejera ¿de Cultura?