miércoles, 12 de septiembre de 2012

HOSTELERÍA D'ASTURIES denuncia la galleguitis y gallegofilia que se vien imponiendo n'Asturies






JOSÉ LUIS ÁLVAREZ ALMEIDA PRESIDENTE DE HOSTELERÍA DE ASTURIAS DENUNCIA LA CRECIENTE COLONIZACIÓN GALLEGUISTA D'ASTURIES 


La pasada semana la Asociación Día de Galicia en Asturias, un grupo de activos gallegos asentados en Asturias, desarrolló una serie de actos para recordar y ensalzar su tierra y su cultura. Son ya 17 años haciéndolo y este año volvieron a organizar un amplio programa de actividades culturales, empresariales y gastronómicas. Es una asociación dinámica y seria. Como asturianos nos gustaría contar con su réplica asturiana, que organizara actividades de este tipo para promocionar nuestros productos y nuestra cultura en otras comunidades donde viven muchos asturianos.






Además de las actividades culturales y empresariales, dedican también espacio a la gastronomía gallega con las tradicionales «pulpeiras», que ofrecen este producto a los invitados y al público que acompañan a esta asociación en sus actos festivos. Estamos de acuerdo con las actividades culturales y empresariales y «entendemos» en este contexto de exaltación de la tierra que una parte se ocupe de la gastronomía. Y quiero traer precisamente este ejemplo y esta forma de trabajar como contraste de las numerosas, y ya casi obligadas, instalaciones de «pulpeiras» que se montan en distintas poblaciones asturianas sin ningún motivo ni razón, y desde luego sin responder a la más mínima conmemoración gallega. Poblaciones como Llanes, Pravia, Luanco y Oviedo son buenos ejemplos de proliferación de instalaciones donde se prepara y se vende pulpo ajenas a los establecimientos locales.





Son empresas privadas que, aprovechando determinadas actividades festivas, instalan su tenderete y, como si fueran un establecimiento hostelero más, venden sus productos ante la perplejidad de los empresarios de la localidad o del barrio de turno, que ven cómo vienen a quitarles, con el mayor descaro, los posibles beneficios a los que aspiran honestamente por su trabajo.





Ya no son casos aislados. Casi no hay fiesta en Asturias donde no tengan cabida estos chiringuitos. No voy a entrar en los controles para cumplir las prescripciones de sanidad, que daría lugar a un debate independiente. Me voy a fijar sólo en el hecho de que estas instalaciones puedan recibir por parte de las autoridades la licencia para ejercer su actividad. Y lo hagan cuando hay empresarios hosteleros que durante todo el año ejercen su actividad, pagan sus impuestos, cumplen la numerosa normativa que los afecta y mantienen sus establecimientos de forma adecuada, creando riqueza para la población y, también, muchos puestos de trabajo. Empresarios que tienen la lógica aspiración de aprovechar las fiestas de sus pueblos o de sus barrios, a las que, muy probablemente, habrán contribuido, para intensificar su actividad.





Es decir, algo que nació como una muestra de la cultura gallega se ha convertido en un auténtico negocio hostelero ambulante, sin arraigo ninguno, que tan sólo busca el rápido beneficio. El problema, repito, es que los responsables municipales, a los que se les llena la boca cuando hablan de la importancia que tienen el turismo y los negocios locales para enriquecimiento de su población y de Asturias en general, no tengan ningún reparo en autorizar actividades que resultan sin la menor duda una competencia desleal. Debemos exigir a nuestros políticos el sentido común y la responsabilidad suficiente para que este tipo de abusos deje de producirse

1 comentario:

albentestate dijo...

Ye como la Feria de Abril de Xixón o L'Infiestu de gran tradición asturiana....