Joaquín González Echegaray
Virgilio Fernández Acebo
Carmen Pérez Martínez
Una apreciación que antes de entrar en materia
entendemos necesaria, es aclarar la existencia de otras
variedades con funciones afines a las de los hórreos.
Es el caso de las llamadas pajaretas, los bargaretos,
los tendejones, etc., de los que aquí no trataremos,
dado el carácter restrictivo con el que se aborda el
artículo4.
1. U na visión preliminar sobre los
hórreos en Cantabria
Los hórreos han sufrido en Cantabria a lo largo de
los últimos siglos algunos procesos comarcales de
diferenciación, desapareciendo además en ciertos
territorios, mientras que en otros han pervivido largamente.
Concluida en la pasada década una serie de
transformaciones en la economía agraria encaminadas
a la integración de España en la Comunidad Económica
Europea iniciada en los años 60, los hórreos perviven
aún en la región, pero carentes ya de su funcionalidad
original, pues el cultivo de cereales en minifundio, la
recogida de frutos secos y el empleo de otros productos
a cuya conservación y almacenaje estaban destinados
los hórreos han desaparecido de la relación de
actividades propias de la economía rural. Su propia
función como secaderos y almacenes ha sido sustituida
por algunos electrodomésticos y por espacios adaptados
en las nuevas viviendas.
Quizás sea conveniente recordar en este sentido,
como mecanismo evolutivo que ha llevado a la
desaparición masiva del hórreo en muchos lugares
donde antes fueron habituales, las reflexiones del
arquitecto Eduardo Ruiz de la Riva referidas a las
casas de planta baja, que han evolucionado hacia dos
plantas en los siglos XVI y XVII: “Su carácter de
transición queda patente en ejemplo como los de
Ucieda de Arriba, Sierra de Ibio y sobre todo las de
Renedo y Ruente donde existe una pequeña balconada,
abierta o ya cerrada, que prefigura claramente lo
que ha de ser la solana, y cuyo parecido con el hórreo
–Ucieda de Arriba- induce a apoyar la hipótesis de
que la solana sustituye al hórreo en la zona como
4 U n colgadizo responde habitualmente a un tejadillo saliente de
una pared, sostenido solamente con tornapuntas. La pajareta suele
hacer referencia a un espacio sobre la primera planta, generalmente
abierto, cubierto por el mismo tejado de la casa; a veces diminutivo
de pajar, y exento. Tendejón es untilizado como sinónimo de
cobertizo, barraza mal construida. Espacio adicional adosado a la
casa con diversas funciones como edificación auxiliar de la
vivienda. Casi siempre es un almacén ocasional de productos
agrícolas y al mismo tiempo protege de la lluvia los aperos de
labranza, los carros, la leña...
lugar de secado y almacenamiento de productos,
complementado con el espacio del desván o sobrado
en la bajo cubierta”. (Ruiz de la Riva 1991: 252). El
mismo autor sitúa en el s. XIV la época en que la
documentación muestra cierta proliferación y nuevas
construcciones de hórreos (Ruiz de la Riva 1991:
213); apoya también esta cronología en los estudios
de C. Díez Herrera (1987: 156, 296), donde sostiene
que la presencia del hórreo, vinculado a las grandes
propiedades de monasterios, los señores y clérigos,
no debió abundar en las aldeas cántabras a lo largo
del medievo, aumentando su anexión a las casas a
partir del XIV. La especial evolución de la estructura
de propiedad de la tierra en las regiones del ángulo
noroccidental de la Península Ibérica ha condicionado
que en esa región se hayan conservado gran
número de hórreos (Díez Herrera 1990), estando
Cantabria fuera de la zona de proliferación5.
En esta región se conservan aún los hórreos, sostenidos
por una generación que conoció vivos sus usos,
formando un conjunto relativamente numeroso en los
valles occidentales colindantes con Asturias, León y
Palencia, y apareciendo como elementos simbólicos e
identitarios del pasaje cántabro. En Liébana hay 18
hórreos autóctonos –uno fue trasladado al Museo
Etnográfico de Cantabria en Muriedas (Camargo)- y
se conserva una panera en el municipio de Herrerías,
territorio vecino también a Asturias, tierra con la que
tiene abundantes afinidades étnicas; un parentesco
esperable, si se considera, por una parte, que el Sella
constituía la frontera de los cántabros por el Oeste en
el siglo I y, por otra, la relativamente reciente organización
de España en provincias. Alejándonos hacia el
Este desde el límite con Asturias, existen hórreos en
Polaciones, un ejemplar en Cabezón de la Sal y un
tercero en la Casa de Colina (Zurita)6, además del
modernamente instalado en Puente Arce, de origen
asturiano. Algunos parajes, donde se señalaron hórreos
en la primera mitad del siglo XX, vuelven ahora a
mostrar al visitante esta construcción emblemática,
como es el caso de Cotillo de Anievas, donde se ha
reproducido un hórreo siguiendo los dibujos de Lastra,
5 P or establecer una idea del gradiente de Oeste a Este, en el área
galaico-portuguesa los hórreos se han recontado en un orden de
las decenas de millares, de varios miles en la zona astur, de varios
centenares en la región leonesa y sólo del orden de las decenas a
partir de Cantabria hasta los Pirineos. Se suele atribuir la gran
proliferación de hórreos de tipología moderna en Galicia y
Asturias a momentos posteriores al siglo XV, en relación con la
rápida expansión del maíz en la vertiente cantábrica. La numerosa
presencia de hórreos pondría en evidencia las trascendentes
aportaciones del descubrimiento de América en la producción
económica local. Unas luces que proyectaron también sombras
terribles, como la pelagra, sobre la cada vez más numerosa
población pobre que el aumento demográfico iba generando.
Téngase en cuenta, sin embargo, que el cultivo del maíz no fue
privativo de Galicia y Asturias, teniendo gran importancia
igualmente en la economía tradicional del campo en Cantabria y
el País Vasco, lo que resta valor al argumento.
6 Quizás Frankowski se refiriera a este hórreo cuando cita, en su
obra de 1918, la existencia de alguno en las proximidades de la
capital.
118 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
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o el de Rasines, construido a iniciativa de un gallego
allí asentado.
La relativamente escasa presencia y actual focalización
lebaniega de los hórreos en la región cántabra
es residual, estando constatado que en el pasado estuvieron
repartidos por todo el territorio. Hay suficientes
referencias, como veremos, de su continuidad en el
paisaje desde el Atlántico a los Pirineos, igualmente
sin hiatos territoriales en Cantabria7 entre el río Deva
y el Agüera, resultando así que la hipótesis de inexistencia
de hórreos aquí estaría sólo motivada por la
falta de estudios sistemáticos. En este sentido Alfonso
de la Lastra anota, por ejemplo, cómo el meritorio y
desgraciado arquitecto suizo Baeschlin, que se dedicó
al estudio de la arquitectura popular en España, no vio
hórreos en Cantabria, atribuyéndolo a que estas construcciones
habrían sido traídas por pueblos europeos
que no llegaron a asentarse en esta provincia (Lastra
1986: 512).
En el siglo XX, aún eran relativamente habituales
algo más hacia el oriente, en el área central -incluso
hay alguna cita que los sitúa en los alrededores de la
capital, Santander, (Frankowski 1916)- y, a principio
de la misma centuria, en el área oriental, enlazando
directamente con el territorio de Las Encartaciones
(Kraemer 1985).
La primera relación moderna de hórreos cántabros
es la realizada por Gustav Kraemer en el año 1958,
recontando 42, aunque posteriormente, en 1984, dice
haber localizado muchos otros –que no conocemos
llegara a publicar, igual que ocurre con otras de sus
aportaciones, como el estudio sobre la prehistoria de
los hórreos que hemos podido consultar8-, y estimaba
a la vez una pérdida entre la cuarta y la quinta parte de
los mismos en el cuarto de siglo aproximado transcurrido
entre ambas fechas9, conservándose en la última
32 hórreos autóctonos y 5 trasladados desde Asturias.
De origen local cita 1 en Aniezo, en regular estado;
2 en Avellanedo, uno de ellos débil; 2 en Bárcena
(Camaleño), uno en mal estado; 1 en Belmonte, en mal
estado; 1 en Cades (“panera” anterior a la introducción
del maíz, con decoraciones); 1 en Casar de Periedo, a
dos aguas, grande, arruinado; 1 en La Molina (concejo
7 La alusión a Cantabria se referirá siempre a la actual comunidad
autónoma de este nombre, coincidente con las antiguas
denominaciones de Provincia de Santander y, en algunos ambientes
costumbristas, “La Montaña”. Cuando se haga alusión a la
Cantabria protohistórica, que abarcaba además territorios de las
actuales provincias de Asturias, Burgos, Palencia y León, se
aclarará adecuadamente.
8 E stos graneros colgados fueron demandados a partir de la
revolución agraria mesolítica-neolítica, serían iniicalmente muy
uniformes en todas las culturas, de formas redondeadas y
confeccionados en cestería. Esta composición consultada de G.
Kraemer fue elaborada desde la fundación Huerta en la Molina y
difundida en varias conferencias impartidas en la década de
1980.
9 Solo por efecto de la gran nevada de 1982 se perdieron 4
hórreos.
de Mieses) procedente de Las Ilces, desde donde fue
trasladado y restaurado; 2 en Cosgaya, uno entonces
recientemente restaurado; 7 en Espinama, dos en restauración,
había restos de otros no restaurables; 4 en
Las Ilces, dos malamente reparados por los dueños y
uno recientemente reparado; 1 en Mogrovejo trasladado
desde Lerones10, restaurado; 1 en Muriedas, procedente
de Pido; 1 en Perrozo, tipo de hórreo “de manzanas
y nueces”, en ruina, pero en proceso de restauración;
5 en Pido, uno restaurado recientemente; 1 en
Valdeprado, el hórreo situado en la cota de mayor en
Cantabria, recién restaurado con su entorno; y 1 en
Villasuso (Anievas), fue de tipo pirenaico, y que, caído
en 1981, se hallaba en proceso de restauración; además
menciona conocer muchos restos de otros, que no
desglosa. Y trasladados desde Asturias: 1 en Cabezón
de Liébana, procedente de Aboño, que dice ser de tipo
propio de zona baja y posterior a la introducción del
maíz; 1 en Guarnizo trasladado desde Aboño, como el
anterior, propio de zona baja después de la introducción
del maíz; 1 en Puente Arce, tipo panera posterior
al maíz, lamentablemente hoy muy desfigurado; y 1 en
San Vicente de la Barquera, trasladado desde Asturias,
que tiene menos de cien años, y pertenece al tipo de
zona baja. De la región de Anievas dice que existen
muchos restos de hórreos históricos en sus aldeas;
transmite noticias de hórreos existentes a mitad del
siglo XX en la zona de Rasines y Trebuesto, y hacia su
principio en la de Ramales y Aja. También menciona
múltiples restos en las aldeas de Pesaguero, Camaleño
y Posada de Valdeón (Kraemer 1985: 252).
Remontándonos dos siglos atrás, el catastro del
Marqués de la Ensenada contiene referencias a la
existencia de hórreos. Aún tratándose de una fuente
histórica de primer orden, el hórreo, como elemento
menor, hecho con materiales perecederos y fiscalmente
libre, ha pasado aquí habitualmente desapercibido.
Luis Escallada da noticia de uno en Güemes, de la
trasmerana Junta de las Siete Villas: “Un horrio a el
mismo barrio. Tiene de alto catorce pies; de ancho y
fondo lo mismo. Confronta por un lado y otro, camino.
Su renta tres reales” (Escallada 2010). En el extremo
opuesto de la región, hacia el Oeste, en el concejo de
Espinama –Espinama, Pido y Las Ilces- los memoriales
de Ensenada citan en torno al medio centenar de
hórreos (Santos 2010 d)11.
10 E n informe del Ayuntamiento de Camaleño aparece entre
interrogaciones como un posible origen: “¿Pido?”
(AYUNTAMIENTO DE CAMALEÑO 2006).
11 E n esas fechas, 29 hórreos eran propiedad completa y el resto
compartidos por al menos dos propietarios, por efecto de las
herencias; algunos propietarios disponían de 3/4 de un hórreo, 1/3,
1/2 (frecuente), 1/4 (también abundantes); dos la mitad de un
cuarto, o sea 1/8. Algunas dimensiones proporcionadas por el
catastro eran, por ejemplo, 5x5, 4x4, 6x6, 4,5x4,5, 8x8, 4x2, 8x4,
4x5, 6x4... varas, predominando los cuadrados sobre los
rectangulares (Santos 2010). Muchos de estos hórreos llegaron
hasta el siglo XX, perdiéndose buena parte hacia mitad del mismo
en las décadas de penuria de la postguerra civil. Espinama en 1753
tenía 95 vecinos, 80, casas; al compararlo con pueblos de la
vertiente sur de la cordillera en la misma fecha vemos que un
concejo equivalente, Valdeón, con 105 vecinos y 103 casas
Los hórreos en Cantabria (España): Estado de la cuestión al año 2010. 119
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Hay, como veremos, evidencias de que tanto en la
zona occidental de la actual Cantabria, a juzgar por las
citas del Cartulario de Santo Toribio, como en la central
y oriental -Cartularios de Santillana y Santa María
del Puerto- el hórreo constituía un elemento habitual
anexo al solar en el Alto Medievo. En otro documento
del siglo X se habla de la donación a Doña Urraca de
varias posesiones y hórreos en Buelna; en 1208 el
monasterio de Covarruvias arrienda a Rui Gutierre de
Escalante el monasterio de San Felices de Buelna,
incluyendo la casa y el hórreo. En el siglo XVI una
relación de bienes del abuelo del arquitecto Juan de
Herrera contiene la casa solariega, dos hórreos y casa
baja en Maliaño (Lastra, 1986: 512). A mediados del s.
XVII, en 1654, la casa de los Ceballos, en Alceda,
tenía un hórreo tasado en 24 reales12.
En la colección documental de Santa María del
Puerto de Santoña, que contiene 103 documentos y
abarca un período comprendido entre el 863 y principios
del siglo XII, se han encontrado doce citas,
correspondientes a los lugares de Solórzano, Argoños,
Noja, Castillo, Meruelo, Anero (Toraia) y Escalante,
en la Merindad de Trasmiera, y, lindantes con ella, en
Colindres, Pereda, Cerviago (Ampuero) y Sarnarín
(?). Pero no se excluye que existiesen otros, pues,
como arriba se indicaba, se les consideraba como
anejos a la casa, por lo que no eran necesariamente
nombrados en los documentos fiscales o de transmisión.
A modo de muestra de la presencia de hórreos en el
oriente de Cantabria, incluimos la relación extraída
por Escallada (2010):
1083, 1 de abril. Lugar de Solórzano. Gonsaluo
Didaz, por su libre voluntad, dona a Santa María de
Puerto la parte de herencia que le pertenecía en
Solórzano: “in casas, in orreos, in cuppas, in monte, in
fonte, incultu et discultu...” [Escritura XVIII].
1083, 21 de noviembre. Villa de Colindres. Lope
Annaia y otros donan a la iglesia de Puerto el monasterio
de San Jorge de Colindres, con todo lo que les
pertenecía: “terras, pumares, kasas, orrios, montes,
fontes, incultu el discultu...” [Escrit. XIX].
1084, 1 de abril. Villa de Argoños. Albaro Didaz,
temiendo las penas del infierno, dona a Santa María de
Puerto lo que le pertenecía en la Villa de Argoños, en
el lugar llamado Somesieto: “in solares, in cassas, in
orrios, in cubas, in hereditates, in pumares, in colazos,
in montes, in fontes, in exitus, incultum, discultum...”
[Escrit. XXII].
disponía de 99 hórreos, casi el doble que los registrados en
Espinama, lo que sugiere alguna diferencia estructural ya de
origen entre ambas vertientes.
12 Ficha del catálogo de patrimonio cultural de Alceda (Corvera de
Toranzo).
1084, 25 de julio. Villa de Noja y Cerviago. Loppe
Sangez y Didaco Sangez donan a Santa María de
Puerto el monasterio de San Pedro de Noja con su
dehesa de Oggastreta, y la villa de Giriviago (Cerviago,
Ampuero): “cum sua ecclesia et casas, orrios, terras,
pumares, montes, fontes, exitus atque regressitus, cultum
atque incultu...” [Escrit. XXV].
1086, 1 de febrero. Villa de Argoños. Elo Didaz
permuta con el abad Martín de Santa María de Puerto
las heredades que tenía en Argoños: “in solares, in
hereditates, in cassas, in orrios, in botegas, in cubas,
in pumares, in divisas, in colazos, in montes, in fontes,
in exitus, in pratis, in exitus aquarum...” . [Escrit.
XLI].
1091, 14 de noviembre. Lugares de Castillo y
Meruelo. Teresa Sarracinez, temiendo las penas del
infierno, dona a Santa María de Puerto con amor
celestial, cuantas heredades tenía en Castillo (Carcia)
y Meruelo: “in casas, in orreos, in cubas, in terras, in
pumares, in felgares, in monte, in fonte...” [Escrit.
LVIII].
1092, 1 de mayo. Lugar de Anero. En esta fecha
recibe el monasterio de Puerto por permuta con el
abad de Santa Cruz de Castañera, unas propiedades en
el lugar de Anero: “cum casas et orreos, terras, pumares,
exitus et regresitus de monte in fonte, incultu et in
discultu...” [Escrit. LIX].
1113, mes de mayo. Villa de Argoños. Odone y su
mujer María donan a Santa María de Puerto su solar en
Argoños: “cum suas casas et orreos, cum terras et
pumares, de monte in fonte, in exitus et regresitus...”
[Escrit. LXIV].
1122, 16 de junio. Villa de Noja. Tello Ueilaz y su
mujer Geluira donan al monasterio de San Lorenzo de
Noja, que luego pasó a pertenecer a Puerto, todos los
bienes que tenía en Noja: “in terras, in pumares, in
kasas, in orreos et in omnia rem que abuimus per in
secula...” [Escrit. LXVIII].
1147, 20 de setiembre. Villa de Argoños, lugar de
Isla, lugar de Hoz de Anero (Toraia), y lugar de
Carasa. Martino Michaellez dona a Santa María de
Puerto sus propiedades en Argoños, Pereda, Isla, Hoz
de Anero (Toraya) y Carasa: “id est terras et pumares,
montes in fontes et in defesas, culto atque discultu,
casas et bodegas et in lagares et in orreos...” [Escrit.
LXXIV].
120 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
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1203, mes de julio. Villa de Escalante. Doña
Sancha (Sancia), temiendo las penas del infierno, dona
a Santa María de Puerto un solar que tenía en
Escalante, en el sitio llamado Corea: “cum casas et
orreos, cum hereditatibus, cum exitus et regressitus,
cum montibus et fontibus,, cum arboritus fructiferis et
non fructiferis, cum pascuis et cum felgarios...”
[Escrit. LXXXIX].
Sin fecha. Villa de Sarnarin (?). En fecha imprecisa
Sancho Vela dona a Santa María de Puerto su heredad
en la Villa de Sarnarin, en el sitio llamado Chotillo:
“de monte in fonte, in culto et in discultu, in exitus et
regresitos, in terras, in pumares, et in felgarios, in
chasas, in orreos...” [Escrit. XCVIII].
Hacia el centro de la región hemos optado como
fuente documental por el Cartulario de Santillana del
Mar. Se han encontrado 37 menciones de hórreos,
aunque bien documentadas en fecha y lugar son las
siguientes: El año 1122 en Cóbreces (pág. 5); 1056 en
Ubiarco (p.10); 1117 en Peñarrubia (p.18); 1112 en
Zigüenza (p.23); 983 en Renedo (p.44); 987 en
Ubiarco, Planes y Macortedo (p.48); 1019 en
Cabarçeno, Penagos, Flandones y Pamanes (p.49);
1130 y 991 en Arce (p. 22 y 50); 1001 en Mortera (53);
1019 y 1017 en Valdeguña (p.55 y 58); 1021 en San
Acisclo de Triclo (p. 60); 1018 en San Vicente de
Toranço (p.64); 1111 en Calva de Camargo (p.68);
1025 en Igollo (p.83); 1105 en Treceño (p.88); 1111 a
1157 en Cabuerniga (89); 1116 Helguera (93); 1127 en
Arce (95); 1023 en Avillos, Villaquintilan, Lanes,
Polanco y Barreda (p.99); 1026 en Ongayo (p.101);
1036 y 1038 en Sequas (p.118 y 119), (Jusuë, 1912).
Otras citas carecen de fecha, lo que reduce a los efectos
que nos ocupan su interés.Para completar esta
visión del panorama de distribución regional de
hórreos en el Medievo en Cantabria se ha revisado el
Cartulario de Santo Toribio de Liébana (Sánchez
Belda 1948), en la vecindad de Asturias, tierra que en
la actualidad sigue teniendo una destacada proporción
de hórreos. La edición consultada recoge 576 documentos,
entre los años 790 y 1625. Se observa, igual
que en los otros dos cartularios vistos que son más
frecuentes las citas de hórreos –no necesariamente
significa que fueran entonces más abundantes– en los
documentos altomedievales, así como una sensible
homogeneidad entre los mismos en cuanto a expresiones
y a densidad de citas13. Por ser Liébana la región
13 La repetición de las expresiones en la Alta Edad Media en que
aparece el “hórreo” vinculado a la casa y otras posesiones,
redactado de modos similares, invita a pensar en que puede
tratarse en ocasiones de una mera fórmula jurídica, por lo que
puede que no en todos los casos se haga referencia a hórreos de
existencia concreta. Al cambio de milenio vemos nuevas
redacciones en los escritos y desaparecer las referencias a hórreos;
el concepto “la totalidad de las posesiones” de un propietario que
incluía antes “casas, hórreos…” se expresa ahora, a modo de
ejemplo: “… todo quanto heredamiento nos auemos en Aunia, en
el barrio de Cidon e en Requexo, con tierras, con uinnas, con
solares poblados e por poblar, con mantes, con fuentes, con rios,
con pastos, con molinos, con pradas, con çespederas, con
cántabra donde más abundancia de hórreos se ha evidenciado,
y aún se conservan, los citamos desglosadamente14:
831, enero 25. Ordoño y Proflinia donan cuanto
poseen a Santa María de Baró y otras iglesias15 (El
documento recoge siete citas de hórreos en distintos
sitios del territorio Liuanensi), p.e.: “…ibidem in
Lone horreum, cortes, seneiras III, sibe exitus, gressum
vel regressum…”. [Doc. 7] (pág. 11).
921, septiembre 24. Vincebiles y Savilli hacen
carta de profiliación a Bargaudano, a su mujer
Faquilona y a sus hijos Opila y Savarico: “…
Profiliamus uso de omnia nostra hereditatem per
uillas, predictas Causegadia, Uaro, Congarna, casas,
orreos, cortes, res mobile, vestitum, uasa, uineas,
pomares, prata, terras, busta, molina, in montes et
fontes, exiotum et regresum…”. [28] (pág. 34).
921, septiembre 28. Monecia dona al monasterio
de San Adrián y Santa Natalia de Sionda cuanto posee
en Turieno: ”…dono atque concedo omnem meam
hereditatem et quidquid uisa sum habere in uilla
Torenno uel ubique illut pars ecclesie enueniret, tam
divisum quam etiam indiuisum, terras, uineas, pumares,
casas, horrea, cum intrisecis suis siue prata et
noceta …” [29] (pág. 35-36).
925. Los condes don Alfonso y doña Justa donan a
Santa María de Lebeña cuanto poseen en esta villa en
heredades, ropas y utensilios de iglesia: “… et ipsas
uillas qui ibidem sunt in Plebenia sibe et in Cesarea
casas et orreos et molinos et seruas et pumares sceptis
illa serna de Sancti Aciscli…”. [34] (pág. 42).
947, enero 9. Savarico dona a San Martín de
Turieno cuanto posee en Cosgaya y en otras partes:
“… honore Sancti Martini episcopi et confesoris
Chriti, corum reliuie recondite sunt territorio leuanense,
in locumque uulgouocitant Torenaio, et pro uicto
fratrum ibi seruienciun, concedo ego Sauaricus predictus
quantum uisos sub abere, terras, uineas, pomiferos,
utensilia, montibus, casas, orreos, tam mobile
quam eciam et inmobile…”. [52] (pág. 62).
951, marzo 1. Vistrilli dona varias heredades a San
Martín de Turieno y a su abad Opila: “…Et in Mesaina,
in Sancto Stephano mea racione integritate, sicut iam
entradas, con salidas, e con todas sus pertenencias, con todo
quanto nos hi auemos e a nos pertesneçe…” (Cartulario de Santo
Toribio. Documento de venta de Marina Martinez y su marido
Pedro Chico a Diego Ordoñez de sus posesiones en Abia, Barrio
Cidon y Requejo, 8 de diciembre de 1258; [168], pág.192).
14 La cifra entre corchetes se refiere al número de documento y entre
paréntesis se expresa la página de la edición de Sánchez Belda.
15 E sta se considera la más antigua mención documentada a hórreos
concretos para la vertiente cantábrica. La primera cita española,
en la vertiente sur de la cordillera, es del año 800, en el Valle de
Mena (Burgos), vinculada a la fundación del monasterio de
Taranco: “…hedificavimus ibi domicilia, cellarios, orreos,
torcularibus…” (Rodríguez Fernández, 1984: 98).
Los hórreos en Cantabria (España): Estado de la cuestión al año 2010. 121
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
ISSN 0214-7971
superius dixi: terras, uineas, pomiferos, uasalia, montibus,
casas, orreos…”. [54] (pág. 65).
961, octubre 13. Froila Laínez y su mujer Eldozar
donan cuanto poseen a San Martín de Turieno: “…
concedimus ego Froila et Elozare omnia nostram
hereditatem quicquid uisi sumus habere, casas, orreos,
uineas, terras, pumares, molinos, uillas preniminatas
in Toranço; omnia nostram hereditatem in Espinama;
nostram rationem in Eurea; nostram rationem in illos
seruos in Caecho, in terras et in pumares; nostram
rationem in Mieses, in casas, in orreos, in terras, in
uineas, in pumares…”. [58] (pág. 70).
961. Bermudo Adefonsiz dona a San Marínde
Turieno la iglesia de San Juan de Lutias y la mitad de
cuanto posee en varias villas (Pautes, Argonabes,
Sionda, Bandomedio, Prozeta, Campaulio, Tolina,
Baures) “… conzedo et contesto ad eclesie sancti
Martini episcopi et abbate meo Hopila, in primis id est
eclesie sancti Ioannis in Lutias cum suo cortilocio,
casas et orreos, terras et uineas et pumiferos, quantum
ad sancti Ioannis pertinet…”. [60] (pág. 73).
964, julio ¿4?. Diego Muñoz y doña Aldena donan
el quinto de sus bienes a San Martín de Turieno y al
abad Opila: “…et ego Allena dabo uobis mea quinta in
uillas prenominatas in Caiecto, in Caselas, in Baudecio,
in Colio, in Pautes, in Defesa. Damus nos omnia
supradicta, Didacus et Allena, casas, orreos, uineas,
terras, pumares, in lictaria, in caballos, in sellas, in
res inmobile, etiam et in mobile…”. [70] (pág. 84).
¿966?, noviembre 13. Donación de Munio y su
mujer Paterna a San Martín de Turieno: “… et pomare
subtus casa de Ponnito, iusta termino de ipso Ponito
et de giro in giro et adfligit ad illos arrogios; et cupa
et orreo…”. [71] (pág. 86).
980, julio 7. Fernando Díaz y su mujer Mansuara
donan a San Martín de Turieno el monasterio de San
Esteban de Mieses y reciben en roboración una mula y
dos yeguas con sus potrancas: “…de ipso monasterio
sancti Stephani de Mesaina cum suas adiacientias,
kasas, orreos, terras, uineas, pomiferas, pratis, pascuis
montibus, exitis uel regressis, molinis cum suis
aquaductis…”. [75] (pág. 89).
1015. Munio Gómez y su mujer Elvira donan a San
Martín de Turieno la iglesia de San Julián: “…et sic damus
uobis, concedimus in terras, in binias, in noçares, in
cerasiares, in pumares uel cetera que habemus in casas, in
horrios, in pratis, in pascuis, paludulis uel molinis cun suis
adque cursibus, ipsam ecclesiam cum suis adiacencia ad
omnem integritatem.”. [81] (pág. 95).
1036, febrero 24. Nonito dona a San martín de
Turieno la quinta parte de sus bienes: “…et alia [terra]
iusta terminum de Petru Ausaniz; et alia ibidem loco;
et horreo cum pane et cupa cum uino. De ipso pane et
de ipso uino que espendant illos fratres et monachis et
pauperibus in memorias pro remedio anime mee…”
[83] (pág. 98).
1065, diciembre 7. Flaino Asurez dona al monasterio
de SanMartín la quinta parte de sus bienes: “…trado
mea quinta pro remedio anima mee ad ecclesie predicte,
id est: I Casa con suos andamios et suos exitus et suo
antuçanio, et una media quinta la tercia racione, et
unum horrio et una cupa et una flausa…” [93] (111).
1272. El prior García González da en renta a Fernando
Rodríguez la iglesia de San Vicente de Potes con todas
sus pertenencias: “…et si por auentura las casas quemassen
o cayessen, uso que seades tenido de las facer
fata un anno, et el orrio otrosí…” [184] (pág. 208).
1399, julio 1. Antón de Quinzanos vende a Rodrigo
Álvarez de Aguilar una casa en Argüébanes con su
corral, hórreo, huerto y viña, por el precio de trescientos
setenta maravedís [367] (pág. 361).
1463, julio 26. En Santo Toribio, el prior fray
Martín de Miranda, con licencia de fray Juan de
Gomiel, prior mayor de San Benito de Valladolid, da
en arrendamiento a Gutierre González de Espinama un
solar con casa, hórreo y molino en Espinama, junto a
la posada, al que agrega varios prados y tierras en
préstamo, por la infurción anual de nueve eminas de
trigo [423] (pág. 383)16.
Para vislumbrar indicios que apuntan al estado en
que se hallan sobre el terreno los restos de hórreos
antiguos nos remitimos al reciente trabajo de prospección
de campo en la zona Saja-Nansa, donde han sido
localizados cinco restos de hórreos (Belmonte,
Tresabuela, Salceda, San Mamés y Lafuente), además
del todavía en pie en Belmonte; otros cuatro referencias
toponímicas (Cabrojo de Puente Nansa, Cabanzón,
Santotís y Tudanca), y otro que aún recordaban algunos
vecinos (Cabanzón) (Marcos y Mantecón, 2010:
6-11). Si bien, debe pensarse que esta relación constituye
sólo un muestreo somero, realizado sobre elementos
de difícil identificación. Así, por ejemplo, el
hórreo que se conserva en Belmonte es confundido
habitualmente con otro que existió; al iniciar la presente
actualización era desconocido incluso por los
vecinos del pueblo, al tener cerrado periféricamente su
vano ya de antiguo.
Es posible que el número real de hórreos existente
en el pasado superara ampliamente al de restos hoy
conocidos en estas zonas de montaña, quizás comparable
al de algunos pueblos de la zona leonesa de Picos
de Europa, pero alejado de proliferaciones de los últimos
siglos como las observadas en comarcas de la
vecina Asturias.
16 E sta cita y la anterior del año 1399 se recogen también, con texto
completo, en Álvarez, Blanco y García de Cortazar (1994: 164 y
184).
122 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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Puede afirmarse sin dudas que los hórreos estuvieron
extendidos por todo el territorio de la actual
Cantabria desde la Edad Media hasta tiempos modernos,
pues además de su presencia actual en las comarcas
occidentales se conservaban hasta el siglo XX en
el área central y oriental de la región (Riancho 1945,
Lastra 1992) y aún existen restos en el área central,
tanto en la franja costera como en la cornisa montañosa,
tanto aguas al Norte como al Sur. La cita más
antigua hoy conocida se encuentra en un documento
del Cartulario de Santo Toribio, que se remonta al año
831 (Jusué 1906: 131-139), sólo 31 años después de la
considerada más antigua en España, del año 800 en la
fundación del Monasterio de Taranco en el burgalés
valle de Mena (Rodríguez 1984).
Aunque el origen de la palabra hórreo es latino y
hace referencia a un sentido general de ‘almacén’, no
queda clara la procedencia cultural de esta solución
arquitectónica para la conservación del grano y otros
frutos secos, que podría ser múltiple. Suelen citarse
algunas frases de Varron, usadas luego por Plinio y
Columela, para atribuirle en el Norte de Hispania un
origen antiguo, quizás prerromano. Pero todavía no se
ha atestiguado arqueológicamente, lo que, a su vez,
resulta problemático por la dificultad derivada de la
conservación de la madera en un clima tan húmedo
como el de las montañas cantábricas.
El hórreo es descrito en época romana en el norte
de Hispania, por autores como Marco Terencio Varron
(116-27 a. C.), Plinio el Viejo (23-79 d. C.) y Columela
(siglo I d. C.), que hacen alusión a ciertos almacenes
de madera que sugieren la idea de hórreo. El que primero
los menciona fue Varron, que había estado en
Hispania, en la guerra de Pompeyo contra Julio César:
–Otros construyen en sus campos unos graneros suspendidos
sobre el suelo, como en Hispania Citerior y
algunas comarcas de la Apulia. Estos graneros se
ventilan no sólo por el aire que penetra por los lados,
a través de las ventanas, sino también por el que corre
por debajo del piso de los mismos– (Varron, De re
rustica, VIII: 64-65). Plinio en su Naturalis Historia
usa el nombre de horreum para un almacén macizo
fabricado a partir de ladrillos gruesos y llama granaria
a los suspendidos de madera, siguiendo a Varron
(Plinio, Naturalis Historia, XVIII, 301-306), y el
gaditano Columella escribía: “pero nosotros, viviendo
en regiones de abundante humedad, aprovechamos
mejor el hórreo colgado que descansa sobre soportes”
(Columela, De re rustica, I, 6).
Dejando al margen incertidumbres de fondo existentes
respecto al origen de esta modalidad de graneros
de aspecto palafítico, una información del geógrafo
Estrabon (63 a.C.-19 d.C.), cuando se refiere a las
plagas de ratas de los habitantes de Iberia, puede
aportar alguna idea relacionada con la proliferación y
pervivencia de los hórreos en las montañas del norte
peninsular:
“No es costumbre privativa de los iberos la de
montar dos en un mismo caballo, de los cuales uno,
llegado el momento del combate, lucha como peón. Ni
tampoco la plaga de ratas y las enfermedades epidémicas
que por lo regular las siguen. Esto fue lo que
advino a los romanos en Cantabria; hasta tal punto,
que hubieron de dar a aquellos que las capturasen una
prima a tenor del número de ratas presentadas, y aún
así escaparon del peligro difícilmente…” (Estrabon,
Geografía, Libro III, 4,18).
Esta noticia recuerda las grandes plagas periódicas
del roedor Microtus arvalis, endémico de las montañas
cantabro-pirenaicas, central e ibérica (Escolar 1988),
(o la subespecie Microtus arvalis asturianus, algo
mayor), que constituye un gran problema para los
almacenes de cereales, principalmente en las cíclicas
etapas de gran proliferación de estos animales. Si a
esto se añade la dificultad de conservación del grano,
que aporta la alta humedad ambiental de las montañas
del norte y oeste de la península, aunque no sea una
clave decisiva de la presencia constante de hórreos en
la antigüedad, se dispone al menos de dos factores de
primer orden para justificar el uso de estos graneros
bien ventilados y aislados del suelo.
2. Estudios previos de los hórreos
cántabros
El primer artículo de cierta extensión sobre los
hórreos de Cantabria se debe a la pluma del arquitecto
Javier Riancho (1945)17. Es un corto trabajo tras cuya
lectura se observa, por las generalidades no siempre
ajustadas y algún detalle de apología “montañesista”,
que no es el resumen de un estudio sistemático, sino la
redacción de algunas noticias, en parte tal vez procedentes
de tertulias y otras fuentes orales tan propias de
la época, seguramente complementadas con datos
obtenidos en alguna excursión. Es indicativa la mención
a sólo dos poblaciones, Pido y Anievas; así como
a la clasificación de los hórreos en dos categorías, la
de cuatro pilares y la de seis, “como las paneras asturianas”;
afirma que los hórreos cántabros diferían poco
de los de Asturias y Vizcaya aunque les atribuye mejor
composición general que los asturianos y vizcaínos,
sin entrar en detalles. Es muy ilustrativa del estilo con
que aborda el tema la descripción genérica que da de
los hórreos de Anievas18:
“Se alzan sobre cuatro pilastras troncocónicas de
piedra y más generalmente de madera de roble o
castaño, rematados con grandes losas de piedra,
17 Aunque utiliza esta firma simplificada, se trata del arquitecto
Javier González-Riancho.
18 Atribuye a este valle el grupo más importante de hórreos de la
región, donde quedaban al escribir el artículo 3 o 4, de los 12 que
hasta poco tiempo antes había en los pueblos de Cotillo, Barrio
Palacio y Villasuso; la desaparición del resto la atribuye al fuego
y a su desmonte para aprovechar la madera.
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 123
Kobie. AntropologíA CulturAl 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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sobre las que apoyan vigas de madera; los cerramientos
laterales son de maderos verticales, y sobre ellos
la cubierta, generalmente a dos aguas. Al frente, un
gran hueco enmarcado por pilastras de madera que
sostienen el frontal; este frontal y pilastras están
labrados y decorados con los elementos característicos
de los aleros y arcones y sobre el primero van
labrados casi siempre una leyenda y la fecha. Una de
estas inscripciones decía:
‘Esta vida es de penas y dolores, hacer obras
buenas para ganar la eterna; Jesús, María y José. Año
de 1652’ (fig. 91:153). Están divididos generalmente
en cinco compartimientos: uno de entrada, abierto, a
modo de portal, con dos pequeños, y otros dos más
grandes, alargados, al fondo. Todos se apoyan sobre
cuatro pilastras o postes, y en los alargados la parte
delantera, portal y pequeños compartimientos de la
entrada, vuela apoyada sobre las dos vigas laterales.
La escalera exterior es de piedra y siempre doble,
terminando en una meseta casi un metro más baja que
el suelo del hórreo.” (fig. 1)
entroncando con una línea de gusto costumbrista
tendente a la sublimación de las virtudes de la región,
para terminar el artículo ensaya una referencia al clasicismo,
comparando las proporciones del “frontón” de
los hórreos con los templos griegos, que explica por la
proliferación de nobles portaladas de los siglos XVI y
XVII en la región. Se ilustra el artículo con una foto y
dibujo de perspectiva, planta y detalles decorativos del
hórreo al que correspondía la leyenda aludida (riancho,
1945). No hace énfasis -es de pensar que conociendo
suficientemente su existencia- en los relativamente
abundantes hórreos lebaniegos, omisión que sólo podemos
entender de algún modo en relación con la convicción
de que la tipología local se limitaba a los de dos
aguas, aunque en Liébana había también varios de
éstos. De cualquier forma, resulta meritoria esta primera
aportación de riancho al conocimiento de nuestros
hórreos.
Alfonso de la Lastra Villa es otro de los arquitectos
que han tratado el tema de los hórreos en Cantabria. Su
principal artículo es “hórreos de Cantabria” (Lastra
1986: 514-517), incluido en la reedición de 1986,
facsímil y actualizada, editada por J. M. Gómez
tabanera, del clásico libro de Frankowski “hórreos y
palafitos de la península Ibérica”. Con esta edición se
corrige la edición original de 1918, que omitía hórreos
en la entonces provincia de Santander, cuestión de
fondo en una de las fuentes en la que se habían basado
especialistas posteriores para deducir arriesgadas o
erróneas teorías etnogenéticas para los pueblos del
Norte. el enfoque de Lastra en esta obra, tras una serie
de circunloquios que plantean una relación de los
hórreos y la madera con las culturas prehistóricas y
unas citas de hórreos distribuidos por la región en
documentos medievales y de la edad Moderna, se basa
en un posicionamiento similar al de González de
riancho recién expuesto, autor al que considera como
referencia en la materia. puede decirse que se trata de
un estudio con un cierto tono nostálgico y muy encomiástico
de “lo montañés”, sus arquitectos y constructores,
y del “clasicismo” del perfil de los hórreos cántabros.
Son de gran mérito las representaciones de dos
hórreos de Villasuso (Anievas) (figs. 2, 3), uno de
Fig. 1. hórreo del Valle de Anievas
Fig.2. hórreo de Villasuso: frente y posterior
Fig.3. hórreo de Villasuso. Vid. la jaculatoria
al Santísimo, que figura tallada en el frontón
bajo la hexafolia. (vid. fig.92:153)
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Belmonte (Polaciones) y el de Avellanedo (Pesaguero)
y fotografías de los mismos, que reproducimos más
adelante.
Constituye información de interés la pervivencia
en Anievas el año 1949 de tres hórreos en pie, restos
de varios colapsados y algunos en los que los pilares
fueron reutilizados para reconvertirlos en cobertizos.
Muestra en su escrito el escaso interés de la población
por estos elementos, menor, según expone, que por la
propia madera, pues explica cómo en algún caso fue
demolido un hórreo para reutilizarla. También cita el
hórreo de Belmonte, que piensa podría haber sido
diseñado por el mismo artesano que el que reproduce
de Villasuso. Refiere igualmente que, otro hórreo
había desaparecido hacía poco del mismo pueblo, y
consigna la cita del legado de un hórreo en Tresabuela
en 177919.
Comparte con el citado González-Riancho la búsqueda
de un estilo de hórreos propios de Cantabria,
que igualmente atribuye a los de cubierta a dos aguas20
19 E s posible que sea el mismo del que actualmente aún quedan
restos en el pueblo.
20 Los hórreos de cubierta a dos aguas existen también en la zona de
Picos de Europa correspondiente a la provincia de León, donde
algunos autores les atribuyen un estilo “cántabro”; y, viceversa,
y, como él, omite el conjunto numeroso de hórreos
lebaniegos, y otros conocidos, dispersos por la
región.
El mismo Lastra Villa volvió a tocar el tema de los
hórreos varios años más tarde (Lastra, 1992). En su
bella obra que bien podría calificarse, como su propio
título indica, de un conjunto de ilustraciones comentadas,
dedica uno de los capítulos a los hórreos y casas
de madera. Al efecto que aquí nos interesa lo más
destacable es la representación en perspectiva, planta,
alzados y detalles de un hórreo en Villasuso (Anievas)
(figs. 4,5,6), a dos aguas y porche en la entrada, que en
opinión del autor sería el tipo representativo de
Cantabria21; es el mismo que había publicado en la
edición recién comentada de Frankowski. Insiste en la
idea del hórreo que consideraba característico de la
región: “Queda un grupo por la zona de Liébana que
yo entiendo no es del tipo tradicional de nuestra tierra”,
clase a la que sólo atribuye el de Avellanedo
(Pesaguero) y uno en Belmonte (Polaciones), ya
colapsado entonces.
los de dos aguas de Cantabria han sido calificados de “estilo
leonés”.
21 É ste, que se escapa a la generalización de escalera doble emitida
por J. Riancho, es de escalera sencilla y ya había desaparecido
cuando Alfonso de la Lastra publicó la obra.
Fig. 4. Hórreo en Villasuso. Planta y vista lateral. Las figs. 3, 4, 5, de Alfonso de la Lastra, son del año 1949 (Lastra 1986:514-517)
Fig. 5. Planta de otro hórreo de Villasuso
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entre las publicaciones monográficas sobre etnografía
puede mencionarse el Manual de etnografía de
Cantabria (González echegaray y Díaz Gómez, 1988:
76-78), que realiza una síntesis sobre el fenómeno de
los hórreos, enmarcándolo en el norte peninsular, clasificándolos
en hórreos de dos tipos –cubiertas a dos y
cuatro aguas- y “paneras”, y recogiendo la cifra de 32
hórreos en Cantabria; con más desarrollo y contenido
gráfico se realiza el año 2004 un folleto divulgativo
publicado por el Museo etnográfico de Cantabria
(Metcan, Sin fecha) que refunde los artículos de
riancho y Lastra aquí resumidos e incorpora el listado
de hórreos que había sido utilizado en 1993 para elaborar
el informe técnico con destino al expediente
incoado desde la Consejería de Cultura, Deportes y
turismo para declarar Bien de Interés Cultural los
hórreos de Liébana y herrerías.
Algunas publicaciones han tratado al hórreo cántabro
en relación con la arquitectura, como el ya clásico
Casa y Aldea en Cantabria (ruiz de la riva 1991),
que lo aborda desde una perspectiva de la evolución de
la vivienda y sus anexos vinculada a los cambios de
estructura económica y social, y Casonas, casas,
torres y palacios en Cantabria, que lo estudia como
uno de los múltiples espacios de la casa o solar
(Aramburu-Zabala 2001).
Además de los trabajos clásicos ya citados, pueden
mencionarse otros posteriores, como “hórreos y bargaretos
conservados en Cantabria”, de Gustavo
Kraemer, en el que es estudiada la semántica de ‘bargareto’,
las morfologías, problemas de conservación,
técnicas de restauración, etc. L. Feduchi tiene también
representaciones de hórreos de Cantabria (ruiz de la
riva 1991: 214). G. Lozano y A. Lozano (2003) citan
hórreos de máximo interés, aunque escasamente conocidos,
como el de Casar de periedo.
Se nos ha transmitido recientemente que hacia los
años centrales de la década de los 80 –de forma independiente
a los trabajos que en la misma época realizaba
G. Kraemer- tuvo también lugar la iniciativa del
conocido montañero Toño odriozola, que previamente
había ideado y promocionado la implantación del
teleférico en espinama (Sáiz 2003), de revisar la
situación en que entonces se encontraban los hórreos
de Cantabria, llegando a realizarse un importante
reportaje fotográfico sobre casi un centenar de
hórreos22, proyecto y materiales de campo que a la
prematura muerte accidental de Toño en 1987 se
abortaría y dispersarían, el uno y los otros.
Las últimas investigaciones realizadas sobre
hórreos de un área comarcal de Cantabria han sido
“Contribución al inventario de bienes inmuebles etnográficos
del Valle del Nansa y peñarrubia” concluido
en julio de 2010 por Javier Marcos y Lino Mantecón,
en el marco de un plan especial de desarrollo de la
Fundación Marcelino Botín dentro del programa
“patrimonio y territorio”, aún inédito, pero del que
tanto la Fundación como los autores han puesto a
nuestra disposición los hallazgos realizados, que se
citan en los correspondientes apartados del artículo.
3. inVEntARio dE hóRREos EXistEntEs
En CAntAbRiA AL AÑo 2010 (fig.7)
22 el equipo impulsor estaba compuesto por el ingeniero y escalador
José Antonio odriozola, el también reconocido montañero Alfonso
Alonso, y algunas otras personas vinculadas a los valles lebaniegos
como elisa Gómez pedraja, a cuya comunicación personal
debemos la información.
Fig. 6. hórreo de Villasuso.
126 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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Se detallan a continuación las fichas de los hórreos
hoy conocidos en el territorio administrativo de la
actual región de Cantabria.
es preciso aclarar que, como se ha expresado en los
epígrafes introductorios, el nivel de conocimiento
acumulado era bajo, y, aunque el esfuerzo de inventario
aquí realizado ha sido importante, de ninguna
manera puede considerarse completo, sobre todo si
nos referimos a los restos de hórreos colapsados o a los
de nueva construcción, que se incorporan en sendos
epígrafes, por lo que invitamos a seguir profundizando
en estos elementos anejos a la arquitectura de vivienda.
La terminología que utilizaremos para las descripciones
omite el uso de localismos procedente de las
regiones vecinas, ateniéndonos en lo posible a la utilizada
habitualmente en la arquitectura rural. para la
pieza superior de los pilares –quizás el único elemento
específico de la arquitectura de los hórreos- se ha
recurrido al cultismo rodezno (“lastra tornarratas” en
otras áreas), utilizado anteriormente por diversos
autores para los hórreos cántabros. La razón de este
posicionamiento lexicográfico está basada en que no
se ha estudiado todavía en Cantabria la denominación
de las piezas que componen los hórreos de la región
-es frecuente el uso de préstamos asturianos- salvo en
alguna manifestación comarcal, por lo que la utilización
de una terminología local o ajena en este trabajo
podría llevar a los lectores a la confusión, haciéndoles
quizá pensar que se trata de términos asentados en el
territorio en estudio.
una cuestión que procede plantearse el presentar
inventario de los hórreos residuales que se mantienen
en Cantabria es si la cantidad actual responde a una
presencia antigua proporcional, de menor densidad
que la existente en las tierras vecinas asturianas, o si la
región estudiada constituye un territorio que por
razones históricas de distinta índole tuvo menor número
de hórreos en la época de gran proliferación en
Asturias, a partir sobre todo del siglo XVII. Se constata
que en Cantabria se han encontrado citas documentales
de hórreos en el medievo en el primer tercio del
siglo IX más tempranas que en Asturias, donde la primera
mención es del siglo XI, pero no se ha estudiado
el desarrollo diferencial de la casa en ambas provincias
a partir de la proliferación del maíz desde el siglo XVI,
ni el de las posesiones monásticas y señoriales23, que
seguramente aportarían interesante información sobre
este tema. otra fuente documental clave para establecer
comparaciones a mitad del siglo XVIII – un
momento clave por haberse comprobado la frecuente
pervivencia hasta el XX de muchos elementos arquitectónicos
y sus anexos- es el Catastro del Marqués de
la ensenada, pero dado su gran volumen de datos y el
hecho de que los hórreos en el Antiguo régimen
tenían carácter de bienes inmuebles, sin carga fiscal,
condiciona que no aparezcan en las respuestas generales
y sólo la lectura detallada de los memoriales aclararía
el número real de hórreos y permitiría comparaciones.
en Cantabria, el conjunto más estudiado diacrónicamente
es el del Concejo de espinama, en el
fondo del Valle de Camaleño, en el pasado aislado en
uno de los más cerrados cul de sac etnográficos de
todos los valles cántabros. Sin más pretensión que
ilustrar someramente de la densidad de presencia de
hórreos en varios momentos de la historia aportamos
algunos datos estudiados por Santos Briz (Santos
2010) que amablemente nos ha permitido utilizar y
que aportamos en sus expresivas ilustraciones. Con
este ejemplo, quizás poco comparable a otros valles de
la región en algunas etapas históricas, sólo pretendemos
relativizar el carácter representativo respecto a
situaciones anteriores de los restos que actualmente se
conservan y que recogemos en el inventario que
desarrollamos a continuación. (fig. 8)
23 el maíz no pagaba inicialmente impuestos civiles ni eclesiásticos,
influyendo en su prolifaración y la de los hórreos con destino a
este producto.
Fig.7. en los pueblos del Concejo de espinama (espinama, pido y Las
Ilces), un cul de sac etnográfico en la comarca de Liébana, se conserva
el mayor conjunto de hórreos de Cantabria, 7 en la actualidad. Aún se
recuerdan otros 22 que existieron en el siglo XX, según las pesquisas
de Santos Briz (Santos 2010). en el siglo XVIII se doblaba esta cifra
(Las imágenes, publicadas con autorización de este autor, están tomadas
de http://www.espinama.es/ historia/ horreos.html).
Fig. 8. Cantabria y sus grupos de hórreos.
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 127
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Se encuentra en el barrio de La Cortina (espinama,
Camaleño), en una plaza pública, junto al albergue.
Son titulares los herederos de Mariano González
(urbano González y Florentina Díez). utM eD50
30t 354709,4776730,865.
Cubierta a cuatro aguas de teja árabe, en cúspide,
de planta cuadrada. Dos puertas con sendas escaleras,
una al norte y otra al este. posee seis pilares, de madera;
los cuatro principales, en las respectivas esquinas,
son del tipo habitual, con peana, gruesos y troncopiramidales
y fuertes rodeznos; los dos adicionales han
sido instalados para sostener la carga del centro de las
vigas en las caras anterior y posterior, tienen forma
prismática de sección cuadrada, más reducida, y han
sido puestos en carga mediante presión con cuñas de
madera. Su interior está repartido en dos compartimientos
Su vano conserva un carro de tiro con bueyes.
Buen estado de conservación. La cubierta parece
haber sido reparada recientemente y sus tejas recibidas
con cemento, la ripia es de nueva madera en tablones
gruesos.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200924 (fig. 9, 10).
24 Inventario General I.G. I.0112
3. 1. GRUPO A: hórreos antiguos conservados in situ.
1. Espinama 2
Fig. 9
Fig. 10
128 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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en el barrio de La Cortina (espinama, Camaleño),
en finca particular cerrada con muro, en la parte trasera
de la casa. propiedad de los herederos de Julián
Caldevilla (hermanos Caldevilla Lera). utM eD50
30t 354715,4776795,870.
Cubierta a dos aguas de teja árabe pisada con piedras
para impedir el efecto de las ventoladas. Seis
pilares de madera sobre peanas y rematados por rodeznos
de tamaños diversos. Conserva tres bocallaves
antiguas.
en el vano hay instaladas mesas y sillas para ser
utilizadas en la época cálida del año.
Buen estado de conservación, con algunos refuerzos
metálicos.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200925 (fig. 11,12).
25 Inventario General I.G. I.0113
2. Espinama 3
Fig. 11
Fig. 12
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 129
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ISSN 0214-7971
Se encuentra en una pequeña plaza muy cerrada del
barrio de la Quintana (espinama, Camaleño). es propiedad,
a medias, de Mariano Bedoya Calvo y de José
prellezo. utM eD50 30t 354777,4776727,870.
Base cuadrada. Cubierta a cuatro aguas en cúspide
de teja árabe, de unos 20 m2 en planta, y cumbre
rematada por una lastra. 2 puertas. La escalera de
mampostería tiene 6 peldaños y ha sido rejuntada
recientemente con cemento. Se sustenta en cuatro pies
(tres de madera): peana de piedra, pilar de madera
troncopiramidal y rodeznos bien planos, escasamente
trabajados. La estructura de vigas se asienta directamente
sobre estas losas, sin mediar calce de madera.
tiene dos puertas y apariencia de tener dos más.
usos actuales: en su vano se acumulan piezas de
leña y madera, ruedas, llantas y otros restos de carros
antiguos, maquinaria de trabajo del campo...
Buen estado en general de conservación. La cubierta
ha sido reparada y sus tejas recibidas con cemento.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200926 (fig. 13, 14).
26 Inventario General I.G. I.0114
3. Espinama 4
Fig. 13
Fig. 14
130 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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ubicado en lo alto del barrio de Migaldera (pido,
Camaleño), hacia el este del casco urbano del pueblo,
en una plaza pública entre las viviendas. es propiedad
de los herederos de Félix Llorente (Lucila Floranes
Gutiérrez). este hórreo es el que aparece en la película
«Marianela», dirigida a principios de los años setenta
por Angelino Fons, basada en la novela de Benito
pérez Galdós. Lo encontramos citado como «hórreo
de Irene» en un artículo de internet27. está en las
coordenadas utM eD50 30t 354222,4776732,920.
hórreo de base cuadrada con cubierta a cuatro
aguas de teja árabe, rematada por una laja plana en la
cúspide; dos puertas; escalera de cinco peldaños
fabricada de mampostería recibida actualmente con
cemento, que desentona respecto al resto por su menor
esmero en la restauración. Murete cerrando el vano
por el oeste hasta media altura. el hórreo está compartimentado
longitudinalmente mediante mamparado de
madera.
27 Luis robles. “Los últimos hórreos de Cantabria”, http://www.
eolapaz.es/domo-arte/2arq-horreo.htm, consulta 27-12-2010.
usos actuales: Bajo el mismo hay un carro antiguo.
Su vano se utiliza también como leñera.
estado de conservación: restaurado hacia 2006.
La cubierta se encuentra en buen estado de conservación
y se ha estabilizado recibiendo las tejas con
cemento para evitar que sean levantadas por el viento.
Dos pilares con base de piedra y dos directos al suelo.
La tablazón lateral y del suelo presentan separaciones
que evidencian necesidad de restauración; las puertas
estuvieron abiertas a lo largo del año 2010. A la mampara
divisoria, de haya, le falta alguna pieza. La consolidación
de la escalera, rejuntada con cemento sin
haber recolocado las piedras le hace perder imagen de
buena restauración. Se ven graffiti grabados por jóvenes
en el tablazón externo.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200928 (fig. 15, 16).
28 Inventario General I.G. I.0116
4. Pido 1
Fig. 15
Fig. 16
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 131
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Se encuentra en lo alto del pueblo de pido
(Camaleño), hacia el límite occidental; en las coordenadas
utM eD50 30t 354056,4776700,930.
propiedad de Consuelo Beares.
Fue construido en los inicios de la década de los
cuarenta, sustituyendo a otro antiguo que colapsó
sobre el carro y los aperos guardados bajo él, con los
dujos que sostenía en su exterior. ha sido restaurado
aproximadamente en el año 2.000
hórreo de base rectangular con cubierta a dos
aguas, de teja árabe pisada con piedras, y puerta única.
No tiene escalera, pues está situado bajo un escalonamiento
del terreno desde el que se accede a través de
un tablón longitudinal. Los cuatro cortos pilares de
madera, troncopiramidales, asientan sobre peanas
levantadas en mampostería de gran sección (dos de
sección cuadrada y los otros dos circulares) rejunteada
con cemento.
Dispone en su interior de dos compartimientos, con
contenedores de madera. es mencionable el guardallaves
de una de las puertas. estado de conservación,
bueno en general.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200929 (fig. 17, 18)
29 Inventario General I.G. I.0117
5. Pido 2
Fig. 17
Fig. 18
132 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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Se levanta hacia el centro del pueblo de Las Ilces
(Camaleño), en la finca aneja a la vivienda propiedad
de Vicente ruiz Garrido y Josefa Briz Díez. en las
coordenadas utM eD50 30t 356167,4775263,812.
planta cuadrada, cubierta a cuatro aguas de teja
árabe pisada con piedras, puerta única y escalera de
piedra. Cuatro pilares de madera troncopiramidal,
rodeznos irregulares de arenisca.
Los cabrios estuvieron reforzados con unas molduras
de madera, de las que apenas queda un pequeño
trozo.
estado de conservación: el tejado se encontraba en
condiciones de conservación deficientes y ha sido
recientemente restaurado; en 2006 amenazaba ruina
(Ayuntamiento de Camaleño, 2006). parte de la tablazón
externa está abarquillada por efecto de la humedad.
Algunos graffiti grabados en la tablazón externa.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200930 (fig. 19, 20).
30 Inventario General I.G. I.0118
6. Las ices 1
Fig. 19
Fig. 20
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Se encuentra situado en la parte baja del pueblo
(Camaleño); es propiedad de Milagros prado Alonso.
Coordenadas utM eD50 30t 356225,4775246,803.
hórreo de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas
de teja árabe rematado por una lastra colocada en
posición horizontal en la cumbre. Dispone de dos
puertas; la escalera y otros elementos característicos
del hórreo han sido eliminados. Los pilares se conservan
en el interior.
Dispone de dos puertas en la planta inferior, cerrada
modernamente a ladrillo con una división interna.
usos actuales: Su vano, cerrado, ha pasado a
constituir un pequeño establo.
estado de conservación: La cubierta se encuentra
en un estado de conservación aceptable. el vano ha
sido completamente cerrado perimetralmente por el
exterior de los pilotes con algunos tramos de piedra
mampuesta y principalmente con ladrillo; dos puertas
dan acceso a este espacio inferior cerrado y utilizado
como cuadra. en una de sus paredes, junto a la puerta
originaria, se han sustituido tablones que conformaban
la pared por una ventana para dar ventilación al establo.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200931 (fig. 21, 22).
31 Inventario General I.G. I.0119
7. Las ilces 2
Fig. 21
Fig. 22
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Situado en un llano, sobre pradería particular al Sur
del pueblo del pueblo de Mogrovejo (Camaleño),
anexo al caserío. propiedad de los herederos de
Núñez de Celis (M. Mar Núñez de Celis).
Coordenadas utM eD50 30t 361112,4778630,642.
Según documentación emitida por el Museo
etnográfico de Cantabria procede de Lerones, en el
municipio de pesaguero (Metcan 2003)
Cubierta a cuatro aguas, de teja árabe, con cúspide
cubierta por una lastra plana, de única puerta, sin
escalera en la actualidad. Cuatro pilares troncopiramidales
de madera apoyados sobre zapatas bajas y
rematados por rodeznos irregulares. La estructura de
vigas apoya directamente sobre los rodeznos.
usos actuales: en su vano se exhiben las ruedas de
un carro chillón tradicional.
estado de conservación: Buen estado general. La
cubierta, reparada recientemente y con las tejas recibidas
con cemento, se encuentra en estado aceptable,
aunque tiene algún pequeño nuevo desperfecto.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200932 (fig. 23, 24).
32 Inventario General I.G. I.0122
8. Mogrovejo
Fig. 23
Fig. 24
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Situado en el extremo norte del casco urbano de la
localidad de Cosgaya (Camaleño). propiedad de
Felicitas prellezo. utM eD50 30t
359640,4774769,719.
Cubierta a cuatro aguas en cúspide de teja árabe y
unos 5 x 5 m en planta. una puerta y escalera de
acceso construida en la última restauración, pues en la
antigüedad carecía de la misma. el vano estuvo cerrado
y habilitado con pesebres para guarecer yeguas.
Buen estado general de conservación, aunque el
suelo de la caja tiene zonas hinchadas debido a que se
utilizó para criar conejos, cuyos orines deterioraron la
madera.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200933 (fig. 25, 26).
33 Inventario General I.G. I.0123
9. Cosgaya
Fig. 25
Fig. 26
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en el barrio de Areños (Cosgaya, Camaleño), al
inicio de la ladera. propiedad de José ángel Alonso
González y herederos de José Mantilla. utM eD50
30t 359512,4775093,673.
hórreo a cuatro aguas en cúspide, de teja árabe, y
5 x 5 m aprox. en planta Cuatro pilares troncopiramidales
de madera. tiene peanas y rodeznos planos de
piedra sobre los que apoya directamente la estructura.
Carece de escalera, pues tiene el acceso desde un nivel
elevado del terreno.
Dispone interiormente de dos compartimentos, con
sendas puertas. Cubierta rematada en la cúspide con
una esfera tallada en piedra.
usos actuales: tuvo expuesta en la fachada principal
hasta hace escaso tiempo una densa muestra de piezas
propias del cuidado ganadero (cebillas, trentas…) y un
cráneo de ciervo. el vano se utiliza como leñera. Se
utiliza también como almacén de herramientas.
estado de conservación: en buen estado general,
incluida la cubierta, cuyas tejas han sido recibidas con
cemento. el recrecido y asfaltado de la calle ha unido
al suelo uno de los rodeznos, que ya ha perdido la
función original de aislamiento de roedores; también
hace el mismo efecto de nexo la instalación de un
nuevo peldaño de madera para acceder al interior.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200934 (fig. 27, 28).
34 Inventario General I.G. I.0124
10. Areños
Fig. 27
Fig. 28
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Situado en la localidad de Baró (Camaleño).
propiedad de ángel Gutiérrez Velarde. utM eD50
30t 363371,4779348,417.
Cubierta a dos aguas de teja árabe, con una puerta.
Carece de escalera fija: se accede por medio de una
portátil. ostentosos elementos constructivos modernos
junto a los tradicionales.
usos actuales: Aparcamiento para un turismo y
leñera. Almacén utensilios del hogar.
estado de conservación: reparado aproximadamente
en el año 2.000. el hórreo fue levantado por
una grúa mientras eran sustituidas sus bases. Los
pilares fueron sustituidos por otros de madera nueva,
con buen aspecto, pero las peanas y rodeznos originales
fueron cambiadas por otros de mármol, dando al
hórreo un extraño aspecto visual y restándole interés
etnográfico. Faltan algunas tejas, que parecen haber
sido levantadas por el viento, y que dejan ver una
impermeabilización con “onduline”. Los bordes de las
tejas están recibidos con cemento.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200935 (fig. 29, 30).
35 Inventario General I.G. I.0125
11. baró
Fig. 29
Fig. 30
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propiedad de Milagros y trinidad Lombraña
Sánchez. está en el pueblo de Avellanedo (pesaguero)
en las coordenadas utM eD50 30t
375982,4770206,625.
pequeño hórreo situado junto a la carretera, con
cubierta a dos aguas, de teja árabe pisada con piedras.
Dos puertas en soportal. Carece de escalera, accediéndose
desde un salto del terreno.
12. Avellanedo
Fig. 31
Fig. 32
Fig. 33 - Alzado
fig. 34 - planta
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 139
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está compartimentado mediante tablazón en eje longitudinal
que crea dos espacios interiores estrechos y
largos. en la actualidad el vano del hórreo se utiliza como
leñera.
estado de conservación: Mal estado de conservación:
Su estructura se encuentra muy revirada y los
pilares desalineados. La cubierta presenta irregularidades
por hundimiento de cabrios. Aspecto general descuidado.
el tejado fue repasado en el 2008.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200936. (fig. 31, 32, 33, 34, 35).
36 Inventario General I.G. I.0122
Fig. 35. Fachada, planta (fig. 34) y alzado (fig. 33) según A. Lastra
(LAStrA 1986)
140 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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ISSN 0214-7971
está en la parte alta del casco urbano de Valdeprado
(pesaguero). propiedad de José robledo. en las coordenadas
utM eD50 30t 378500,4770504,845.
Cubierta a dos aguas, de teja árabe pisada con
piedras. una puerta. escalera de buena factura y bien
conservada, de posición lateral. pilares de madera que
reposan sobre peanas de poca altura. rodeznos cuadrangulares,
de arenisca, posando directamente sobre
ellos la madera de la estructura del hórreo
Conserva una cerradura interesante, de aspecto
antiguo.
estado de conservación: Buen estado general. Fue
restaurado aproximadamente en el año 2002; se le
renovó el suelo en 2007
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200937 (fig. 36, 37).
37 Inventario General I.G. I.0127
13. Valdeprado
Fig. 36
Fig. 37
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Se halla en el interior del casco urbano del barrio
de Somaniezo (Cabezón de Liébana), en finca cerrada
con pared, anexa a la vivienda propiedad de Juan
María Gómez. Coordenadas utM eD50 30t
375987,4778302,703.
Cubierta a cuatro aguas, de teja árabe pisada con
piedras, rematada en la cúspide por dos piedras planas
gruesas, superpuestas, y amplios aleros apoyados en 8
tentemozos. Dispone de una puerta. Se sustenta en
cuatro pilares troncopiramidales de materiales mixtos
–madera y cemento en la actualidad- apoyados sobre
peanas bajas y rematados por cuatro gruesas lastras
poco trabajadas; un calce de madera sobre éstas sustenta
la estructura. Carece de escalera. Conserva interesante
cerradura antigua.
usos actuales: Su fachada se utiliza como expositor
de aperos de labranza (arados romanos, yugos, cestería.
en el vano se guarece un carro de bueyes.
Buen estado general de conservación. Inmediatos
al hórreo, dos postes de hormigón de una compañía
eléctrica desfiguran el paraje.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200938 (fig. 38, 39).
38 Inventario General I.G. I.0128
14. somaniezo
Fig. 38
Fig. 39
142 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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15. Cades
Se conoce localmente con el nombre de “La
panera”. está ubicado en una finca particular de
ernesto Domínguez Sánchez y Antonia Linares
Buenaga, próxima a la ferrería de Cades (herrerías).
en las coordenadas utM eD5030t
381162,4795907,80.
tiene planta cuadrilonga con cubierta a cuatro
aguas de teja árabe, sustentado por seis pilares troncopiramidales
de arenisca rematados con rodeznos bien
realizados. Dispone de una única puerta con su correspondiente
escalera de piedra de buena fábrica. Su
configuración alargada y dimensiones superiores a la
media corresponden a lo que en Asturias se denomina
“panera”, nombre con el que habitualmente se le
conoce. La puerta tiene algunos elementos ornamentales.
(vid. p. 154; fig. 96)
en general aceptable el estado de conservación,
aunque se apreciaron algunas deficiencias, principalmente
en la cubierta.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200939 (fig. 40, 41, 42, 43)
16. Casar de Periedo40
39 Inventario General I.G. I.0131
40 este hórreo, de gran interés, no muy conocido en Cantabria, ya se
mencionaba en la resolución de 10 de febrero de 2003, por la que
se incoaba expediente de declaración de Bien de Interés Cultural,
con la categoría de Monumento, a favor de los hórreos de Liébana
y la panera de Cades. también se recoge en el plan General de
ordenación urbana de Cabezón de la Sal: “La casona-palacio de
Jesús del Monasterio, bien de interés local declarado, enlaza los
equipamientos con los elementos catalogados, que son numerosos
en este barrio, destacando por su singularidad un hórreo, apenas
visible desde el espacio público, uno de los pocos ejemplares que,
acaso, existan en esta latitud de Cantabria, tratándose de un
elemento característico de la arquitectura popular de Asturias“
(Bezanilla, pedraz y Buenaga 2008)
Fig. 40
Fig. 43
Fig. 44
Fig. 41 Fig. 42
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 143
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está ubicado en el barrio de el Casar, inmediato a
la plaza de la ermita de Santa Justa, hacia la zona norte
del pueblo de Casar de periedo (Cabezón de la Sal). La
propietaria de la finca común (casa, hórreo y recinto
cercado) fue eloísa Fernández. tras el reparto de bienes
la casa quedó en un sector de la familia y el hórreo
en otro (José Antonio rojo Fernández). han sido
separadas ambas partes por un sólido muro de piedra
de altura considerable, similar al resto que rodea la
finca en que ahora se halla el hórreo. Quedan así
independizados los dos edificios que originalmente
formaban un conjunto de gran valor arquitectónico y
etnográfico. Se encuentra en las coordenadas utM
eD50 30t 404712,4799174,85.
es atípico y parece que fue modificado transformando
el área en que se encontraba en un gran cobertizo,
al extender el tejado a dos aguas lateralmente
hasta las paredes de la finca; teja árabe. el hórreo, con
caja de gruesos tablones de madera, se levanta sobre
muros mampuestos, con puerta de sillería en la fachada
principal, que se enfrentaba a la casa vivienda. en
la cara opuesta a su entrada principal se le instaló al
hórreo una balconada con ventanas, de aspecto antiguo.
La viga superior de la fachada Norte dispone de
tallas antiguas de geometría circulares y en cordón.
(Vid. fig 94:153)
Se conserva sin uso. entre las últimas utilidades,
ajenas a su función como almacén, se le recuerda en el
pueblo como dormitorio que hace décadas era utilizadas
estancias de la primera planta orientadas al Sur por
miembros de la familia propietaria.
estado de conservación: La cubierta parece reparada,
pero el hórreo y la finca cerrada en que se encuentra
están muy descuidadas. La interesante vivienda con
la que hacía conjunto originalmente está sufriendo el
colapso de su cubierta, quedando en estado ruinoso
avanzado. Fueron realizadas algunas obras “modernas”
sobre el edificio, quizás en el siglo XIX o principios
del XX.
protección legal: Destacado como elemento cultural
en la Memoria del plan de ordenación urbana de
Cabezón de la Sal (Bezanilla, pedraz y Buenaga
2008: 35) (fig. 44, 45, 46)
Figs. 45, 46. Fachadas Norte (izquierda) y Sur (derecha); en esta última foto se aprecia la solana, de construcción más moderna. el tejado de la
izquierda, al fondo, corresponde a la vivienda de la antigua finca que comprendía el hórreo.
144 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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ISSN 0214-7971
Se encuentra en el barrio de pagazanes, en Zurita
(piélagos), integrado en el conjunto arquitectónico del
palacio de Colina. La casa de Colina está constituida
por conjunto de edificios circundado por muro al que
se accede a través de una portalada barroca; el hórreo
dista unos 30 m de la vivienda, hacia un lateral de ésta
y detrás de la capilla. todo el complejo se encuentra
abandonado y en proceso ruinoso. La finca es propiedad
de la familia de la Colina41, en la actualidad utilizada
para usos ganaderos por un vecino. Se encuentra
41 es el mismo entorno en que apareció la estela de Zurita. uno de
los autores del presente artículo, J.G.e., aún recuerda cómo hace
más de medio siglo el padre Carballo le explicaba la gestión
realizada para recuperar la piedra de la finca de Colina: La estela
se encontraba inclinada, algo hundida en el suelo y con mal
aspecto, de forma que el dueño propuso a Carballo mejorar el
aspecto poniéndola horizontal a modo de mesa, ante lo cual D.
Jesús le convenció del peligro que ello supondría para la pieza y
Fig. 48, 49, 50. restos del hórreo de Zurita (Fot. t. Viar, 2010)
17. ”Zurita”
Fig. 47
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 145
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en el punto de coordenadas utM eD50 30t
420123,4800664,80.
el hórreo es antiguo y lleva hundido varias décadas.
Aún se comenta en el pueblo que en los esponsales
de miembros de la familia, según rito tradicional, los
nuevos matrimonios pasaban la noche de bodas en el
hórreo.
es un gran hórreo de base cuadrada, de aproximadamente
8,8 m de lado entre pilares. tiene 9 pilares
troncopiramidales de base cuadrada y 1,6 m de altura,
y sus correspondientes rodeznos de buena sillería de
arenisca. entre pilares existe un muro periférico de 50
cm de altura levantado en mampostería con cemento,
dejando un paso de entrada junto a la escalera, en la
fachada suroeste. Su cubierta fue de teja árabe.
estado de conservación: Colapsado en la actualidad.
Sólo se encuentran en buen estado los pilares,
rodeznos, muro bajo, escalera y alguno de los tramos
de viga de roble, situada en el tramo de acceso desde
la escalera. La madera aún conservada y los elementos
de la cubierta se encuentran en el suelo, en ambiente
vegetal húmedo que acelera la putrefacción de los
restos de origen vegetal. el hórreo se encuentra bajo
un gran roble que creció próximo a la entrada, quizás
de la edad de la edificación, cuya umbría contribuyó a
su colapso.
protección legal: Al estar integrado en el conjunto
de la Casa de Colina es parte integrante de un Bien de
Interés Local, por resolución de la Consejería de
Cultura educación y Deporte del Gobierno de Cantabria
de fecha 23 de julio de 2004 (fig. 47, 48, 49, 50).
18. hórreo de belmonte
propiedad de patricio Fernández y rosario
Fernández, se encuentra en las coordenadas utM
le pidió que la depositara en el Museo, a lo que su dueño
accedió.
eD50 30t 382583,4774023,1015, junto a la plaza del
pueblo de Belmonte (polaciones).
Fue hórreo de cubierta a dos aguas y cuatro pilares.
Actualmente muy desnaturalizado y prácticamente
imperceptible desde el exterior su antigua condición
de edificio exento.
usos actuales: el vano, una vez cerrado con pared
de mampostería, se utilizó como cuadra; en la actualidad
como almacén de elementos inútiles. La caja del
hórreo se utilizó como pajar, hoy sin uso.
estado de conservación: Defectuoso. Modificado y
reparado con elementos impropios para la conservación
de su valor etnográfico. Se ha perdido la cubierta
original, sustituida por una de uralita a dos aguas que
engloba el hórreo y un cobertizo paralelo en el que se
almacenan útiles de labranza antiguos (fig. 51, 52).
19. Liendo
Se encuentra hacia el Suroeste del valle, en una
pequeña plaza del Barrio del Noval (Liendo) junto a un
bloque de viviendas de antiguo uso agropecuario, inmediato
a la actual vivienda nº 20 del barrio, en las coordenadas
utM eD50 30t 468607,4804430,56. pertenece
actualmente a los cinco herederos ochagavías Velaz.
en la familia propietaria se ha transmitido verbalmente
que la construcción del edificio se remontaría a
la transición XIX-XX. La primera referencia impresa
que conocemos de este edificio es de Miguel ángel
Arámburu-Zabala 2001, que publicó su fotografía,
como ilustración de los elementos adicionales a la
casa o solar.
Se trata de un interesante hórreo de tipología excepcional
en territorio de Cantabria y el Noroeste peninsular,
pero muy similar en forma y construcción, aunque
Fig. 52. (Fotos de MArCoS y MANteCóN, 2010)
Fig. 51
146 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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de mayor tamaño, a algunos que aún se conservan en el
pirineo occidental, como los del valle de Aezkoa (fig.
56), hasta tal punto que nos invita a pensar que pudo
haberse construido siguiendo directamente su modelo.
Cubierto a dos aguas, con teja árabe y 4,5 x 6 m, tiene
dos de las paredes –Norte y oeste– de mampuestería de
suelo a cubierta, construidas con piedra arenisca ligada
con mortero de cal de buena calidad, de 50 cm de
anchura, protegiendo de los húmedos vientos cierzo y
gallego. en el frontal, orientado al Sur, que dispone de
los accesos a los recintos inferior y superior, tiene en su
lado derecho un pilar consistente en una pared de piedra
Fig. 53 Fig. 54
Fig. 55
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 147
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mampuesta de 1,4 m de longitud y, como las otras, 0,5
m de anchura. La última de las caras, orientada al este,
tiene un murete bajo en el que se apoyen dos pilares de
madera para sustentar sendas vigas que sostienen la
planta superior. La planta superior está cerrada en los
dos laterales carentes de pared de piedra por tabiques de
ladrillo hueco simple, enfoscados y pintados a la cal; el
frontal tiene su frontón triangular superior abierto, y el
tabique de la cara este está compartimentado en dos
tramos por un pilar de madera42; por el tipo de ladrillo
utilizado estos tabiques parecen modernos, no descartándose
que sustituyen a otros materiales diferentes en
origen. Como es propio de este tipo de construcciones,
carece de escalera fija de acceso a la planta superior.
entendemos que puede tratarse de los más interesantes
ejemplos de hórreo entre los conservados en
Cantabria desde la perspectiva de la diversidad formal
y sostenimiento de funciones correspondiente a una
etapa en que tuvieron lugar varios de los más importantes
cambios sociales, económicos y culturales en la
Cornisa Cantábrica y la europa meridional. hemos
observado que en su fachada principal estaba numerado
con el número 11, lo que parece indicar que por sus
especiales características constructivas esté catalogado
urbanísticamente como bien inmueble.
usos actuales: La planta superior fue utilizado en
las últimas décadas como pajar, pero en la actualidad
se le da este destino al nivel inferior, que es también
utilizada para cobijar aperos mecánicos de labranza,
de forma que todo el edificio no sirva mucho más que
de tejavana.
estado de conservación: Se aprecia que la cubierta
fue reparada hace varias décadas, colocándole cabrios
42 en las proximidades, hacia la entrada del barrio, se conserva una
pequeña vivienda de reconocible gran antigüedad y destacado
interés arquitectónico con esta modalidad constructiva en su
planta superior.
de eucaliptus sin labrar, que todavía muestran la corteza;
quizás fuera esa ocasión cuando se sustituyeran las
coberturas laterales por los actuales tabiques de ladrillo.
en la actualidad presenta abundantes deterioros
bien visibles desde el exterior: el suelo de la planta
elevada tiene también abundantes huecos en la tablazón.
el tabique superior frontal dispone de un tramo de
ladrillo desprendido. una de las vigas que sustentan la
primera planta está apuntalada en dos puntos, hacia el
centro con una apea de madera y con una metálica
hacia el extremo próximo al exterior oriental. Junto a
otras deficiencias de menor entidad, ponen al edificio
en peligro de colapso, que podría evitarse con un
simple retejado de escasa entidad y apeando los puntos
débiles de fijación de las vigas deterioradas con pilares
y zapatas (fig. 53, 54, 55, 56, 57).
3.2. GRUPO B: hórreos antiguos trasladados
20. Fuente dé
Situado en el camping “el redondo” próximo a la
base del teleférico (Camaleño). titular: Fernando
Agosti. Coordenadas utM eD50 30t 352837,
4778295,1088.
Adquirido por compra en 1.994 a Dña. Sabina
Suárez en el barrio de La Bajerá (pido), desde donde
fue trasladado para ser montado en Fuente Dé, dentro
del municipio de Camaleño.
Cubierta a cuatro aguas de teja árabe, pisada con
piedras. planta cuadrada, con puerta y escalera que se
prolonga a escuadra a través de un murete que ejerce
de parapeto al vano. Cuatro pilares troncopiramidales
Fig. 56. hórreo en Aézkoa, en uno de los valles pirenaicos navarros a
unos 200 km al este, de estructura constructiva similar al existente en el
barrio del Noval de Liendo, en la zona costera oriental de Cantabria. Fig. 57. Antigua construcción situada en un ecléctico conjunto
arquitectónico no muy alejado del hórreo de Liendo. La planta superior,
en este caso de piedra y arcilla, también está cerrada con tabique
septado por pilares de madera.
148 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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de madera apoyados en peanas de piedra y rematadas
por rodeznos sobre los que apoyan directamente las
vigas de la estructura. esta rodeado por una pequeña
valla de madera por tres lados.
usos actuales: Se utiliza como elemento de ambientación
etnográfica en el paraje boscoso del camping.
en su vano se exponen piezas de labranza (carros, trillos...),
y también algunos “dujos” bajos los aleros.
Se encuentra en buen estado general, con algún
pequeño deterioro en la cubierta.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200943 (fig. 58, 59).
43 Inventario General I.G. I.0115
Fig. 58
Fig. 59
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 149
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Se encuentra en el barrio de La Molina (Camaleño),
próximo a potes, junto a la carretera potes-Fuente Dé,
frente al cruce de la carretera que accede a Santo
toribio. es propiedad de los herederos de Gustavo
Kraemer. utM eD50 30t 367162,4779535,310.
Según documentación municipal de Camaleño
procedería de pido. Fue adquirido por G. Kraemer y
en él estaba la sede de la fundación cultural Huerta en
la Molina, presidida por el mencionado fundador y los
patronos Norberto Cabal García, Gabriela Kraemer,
Luis López ormazábal, José M. Alzola, Gonzalo
perales, ángel Quesada y J. M. yarnoz orcoyen. el
rótulo de la fundación sobre un tablón arqueado, aún
preside una de las caras del hórreo.
planta cuadrada, cubierta a cuatro aguas de teja
árabe, dos puertas y escalera de piedra; es probable
que estuviera antiguamente compartimentado. en uno
de los lados han sido instaladas colmenas (dujos).
estado de conservación: Se aprecian deterioros en
la cubierta.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200944 (fig. 60, 61).
44 Inventario General I.G. I.0120
Vista antigua (fot. G. Kraemer)
21. Mieses 1
Fig. 60
Fig. 61
150 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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Se halla en el camping La Viorna (Mieses,
Camaleño), propiedad de Mariano Gómez García, en
las coordenadas utM eD50 30t
366430,4779475,384.
procede de Las Ilces. previamente había sido
montado en potes (Santos 2006 b), donde aún estaba
en julio de 2002; en mayo de 2003 se había instalado
ya en el camping “La Viorna” (Metcan 2003).
Cubierta a dos aguas con teja árabe, originalmente
disponía de cuatro pies con pilares de madera entre
peana y rodezno; ha sido añadido un 5º pilar en el
centro de la base, de sección cuadrangular y menos
dimensionado que el resto, también provisto de peana
y rodezno. Dispone de dos puertas. La tablazón periférica
es excepcionalmente gruesa, con los extremos de
los tablones cruzados y salientes respecto al esquinal.
ha sido instalada una barandilla sobre el borde exterior
de la escalera. No está compartimentado interiormente,
habilitado sólo con dos camas de matrimonio y
una mesa con taburetes.
Actualmente es utilizado como bungalow para su
alquiler a campistas.
Se encuentra en buen estado de conservación. Se le
han instalado dos ventanas para dar mejor funcionalidad
a su nueva utilización.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200945 (fig. 62, 63).
45 Inventario General I.G. I.0121
22. Mieses 2
Fig. 62
Fig. 63
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 151
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23. Cabezón de Liébana
Se encuentra en una finca particular inmediata a la
carretera, cercada con pared; propiedad de ángel
Cuevas. en el municipio de Cabezón de Liébana,
sobre las coordenadas utM eD50 30t
371863,4777215,376.
es de procedencia asturiana. Fue trasladado desde
Aboño (Carreño). tiene planta cuadrada, cubierta a
cuatro aguas de teja árabe, rodeado de balconada circundante
corrida. puerta única a la que da acceso una
escalera exenta de madera apoyada en el descanso
sobre dos pilares, también de madera, provistos como
en el hórreo de rodezno superior. Los rodeznos son
aplanados; la estructura se apoya sobre éstos a través
de un calce de madera.
Se observa en la cara principal la densa decoración
de la puerta (fig. 65), a base de rosetones y cordeles,
de aspecto moderno, tanto la madera como la talla.
Dispone de faroles por la balconada.
Se encuentra en buenas condiciones de conservación.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200946 (fig. 64).
24. Muriedas
propiedad del Museo etnográfico de Cantabria, en
Muriedas (Camargo). utM eD50 30t
430976,4808105,45.
Fue trasladado desde el pueblo de pido a la finca
del Museo etnográfico de Cantabria, a impulso del
presidente de la Diputación de Cantabria pedro
escalante huidobro.
planta cuadrada, cubierta a cuatro aguas de teja
árabe, puerta única y escalera de mampostería de 8
peldaños rematados por losas de piedra natural bien
trabajados.
usos actuales: Didáctico, pertenece a la colección
del museo.
Buen estado de conservación.
protección legal: Incluido en el Inventario General
del patrimonio Cultural de Cantabria por resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200947 (fig. 66).
46 Inventario General I.G. I.0129
47 Inventario General I.G. I.0130
Fig. 65. Detalle de la puerta
Fig. 66. hórreo en el Museo etnográfico de Cantabria (Muriedas,
Camargo), procedente de pido (Camaleño). Fot. M.M.F, 2011 (Metcan)
Fig. 64
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Complejo hostelero “el Molino”, en puente Arce
(piélagos). utM eD50 30t 423275,4806607,7
procede de Asturias, adquirido en los años setenta
del siglo XX por quien fuera un referente de la gastronomía
cántabra, Víctor Merino, para decorar con un
ambiente arquitectónico, etnográfico y arqueológico
(molino, capilla, piezas decorativas diversas en los
jardines y comedores) el complejo hostelero que promocionó
en puente Arce.
panera de unos 15 x 7.5 m. Se sustenta en ocho
pilares compuestos de peanas recubiertas de lajas
simulando mampostería, pilares de arenisca troncopiramidales
de altura inferior a un metro y rodeznos de
base cuadrada de unos 0,6 m de lado. Cubierta a cuatro
aguas, de teja árabe, rematada con dos pináculos
cónicos de piedra.
La puerta superior tiene alguna decoración. el
reborde exterior de la planta dispone periféricamente
de rombos, pintados alternativamente en rojo y azul.
usos actuales: para servicios de hostelería. ha sido
convertido en comedor, tanto su planta superior, en la
que se ha instalado una chimenea, como el vano, que
fue provisto de puerta de madera y cierre acristalado.
estado de conservación: estabilizado, aunque muy
transformado. Fue restituido con algunos detalles que
pudieron haber sido mejorables (peanas, vista exterior
de la instalación de la chimenea, etc.) (fig. 67).
26. Guarnizo
en el interior de la finca denominada aún entre los
vecinos de Guarnizo “la Casa del General”, sitio de La
Juenga (Guarnizo, Astillero), inmediata a la estación
de reNFe. es propiedad de María paz Alvear Díazordóñez
y José López-Muñiz Alvear. utM eD50 30t
430559,4804725,15.
trasladado desde Aboño (Asturias) en los años 70
del siglo XX, tras ser adquirido en compra por José
López-Muñiz y González-Madroño cuando iba a ser
desmontado para destinarlo a leña y reaprovechar la
viguería. en una de las maderas del interior del hórreo,
según información de su propietario, una inscripción
recoge el traslado hasta Aboño en 1848, que refrenda
su notable antigüedad. Bajo el hórreo existe una
escultura tallada en piedra y dedicada48.
usos actuales: Complemento en la finca de la casa
familiar, su vano contiene de una mesa accesoria a un
asador inmediato.
estado de conservación: La cubierta está actualmente
bien aislada, pero tuvo en el pasado goteras que
deterioraron los cabezales de dos de las vigas principales,
que ya habían sido restauradas anteriormente con
pletinas de hierro; estas vigas están actualmente apeadas,
en espera de restauración. uno de los rodeznos se
ha fracturado, perdiendo parte de la piedra. Dispone de
instalación eléctrica moderna (fig. 68, 69).
48 “Asturias agradecida a Jose López-Muñiz. Año 1983”, regalo
desde la Cuenca Minera por sus gestiones para materializar las
infraestructuras viarias que comunicaban Asturias con la meseta.
José López-Muñiz y González-Madroño entuvo ligado a la vida
política de Asturias, cuya Diputación presidió entre 1957 y 1970,
ejerciendo luego otras funciones en entidades públicas y privadas.
Falleció en noviembre de 2005.
25. Puente Arce
Fig. 67
Fig. 68
Fig. 69
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 153
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3.3. GRUPO C. “Arqueología de los hórreos”:
otros hórreos antiguos de los que se
conservan restos o documentación gráfica.
Fig. 70. Villasuso (Lastra 1986)
Fig. 71. Quintana de toranzo (Metcan, S/F)
Fig. 72. perrozo (Metcan, S/F)
Fig. 73. Las Ilces a mediados del siglo XX. Se observan algunos
antiguos hórreos, hoy inexistentes (Santos, 2010).
Fig. 75. restos del hórreo de Belmonte en la actualidad (Marcos y
Mantecón, 2010)
Fig. 74. hórreo de Belmonte en el pasado (Metcan, S/F)
Fig. 76. el hórreo de Belmonte (Idealización de Lastra Villa
154 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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tresabuela (Fot. Metcan)49
49 el folleto sin fecha, repetidamente citado del Museo etnográfico
de Cantabria lo sitúa en Salceda, pero reciente comprobación in
San Mamés50 (Marcos y Mantecón, 2010)
en Los Corrales de Buelna hubo un hórreo construido
en su finca por D. Juan Manuel de Mazarrasa
Quintanilla h rte baja y planchadero la caja. Se encontraba
junto al consistorio actual y se ha conservado
hasta tiempos actuales tras haberse tabicado su vano,
liquidándose recientemente por decisión municipal.
una casa situada a la entrada del pueblo de Salceda
destruida por un incendio hace algunos años, según los
vecinos, tenía un hórreo inmediato. Alguna piedra
labrada existente entre los escombros podría ser alguno
de los pilares utM 30t 381402.4770956. en
Cires, una piedra prismática parece ser un pilar de
hórreo, aunque con dudas. Coordenadas utM 30t
378451,4789068. (Marcos y Mantecón 2010).
“en el otero [pido], cerca del otro, pueden verse los
restos de las piedras que sustentaban a otro”. http://
espinama.es/pido.html. “tres pilares de uno de pido que
Kraemer comenzó a restaurar y al final se vino abajo.
http://members.fortunecity.es/ kaihlas/ horreo.htm”.
situ ha demostrado que los restos están en el pueblo de tresabuela
(MArCoS y MANteCóN, 2010)
50 Se recuerda aún cuando existían los cuatro “mojones” en el corral
de la casa, actualmente propiedad de pedro ojugas.
Fig. 78. pido 3. restos del hórreo
Fig. 79. panera de La Lastra (Marcos y Mantecón, 2010)
Fig. 81. La Fuente (Marcos y Mantecón, 2010) restos.
Fig. 77. restos del hórrero de tresabuela (Fot. Metcan)49 Fig. 80. San Mamés50 (Marcos y Mantecón, 2010) restos reutilizados
Los hórreos en Cantabria (España): Estado de la cuestión al año 2010. 155
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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Está también recogido en la relación de hórreos elaborada
por el Ayuntamiento; pertenece a los herederos de
Saturnino Llorente (Ayuntamiento de Camaleño, 2006)
También en Pido están registrados en el
Ayuntamiento solares de otro, propiedad de José Briz,
y de uno más, propiedad de los herederos de Prudencio
Suárez (Ayuntamiento de Camaleño, 2006)
Manuel García Alonso cita en San Miguel de
Aguayo peanas de piedra que considera “pegoyos” de
antiguos hórreos, y otra en el corral de una casa de
Santa Olalla de Aguayo (García Alonso 2001).
En el Alto Pas hemos localizado también presencia
de hórreos. Además del de Quintana de Toranzo del
que reproducimos la foto (fig. 71), la hija de Ventura
Quintanal, hoy octogenaria, cuenta que la casa de su
padre en Los Pandos (Luena) “tenía hórreo, fragua y
horno de pan”. El hórreo debió desaparecer hacia
principios del siglo XX51.
Existen noticias de que en el municipio de Valdeolea
se conservan restos de hórreos antiguos (pilares)52.
En Cabuérniga han sido mencionados, junto a los
de Polaciones -y en la antigüedad en Toranzo- por
Eloy Gómez Pellón (1995: 270), aunque en las indagaciones
que hemos realizado durante el año 2010 no se
han obtenido ningún indicio que apunte a la pervivencia
actual de hórreos, completos o colapsados en el
valle alto del Saja. Ello no nos permite afirmar que no
puedan existir, dada la amplitud del valle; el Catastro
de Ensenada citaba la existencia de al menos un hórreo
(fig. 70, 72 a 81).
3.4. GRUPO D: Ejemplos de hórreos de nueva
construcción
Espinama 1
Se encuentra en la entrada del pueblo del pueblo de
Espinama (Camaleño). Propiedad de herederos de
Higinio Briz (Juliana Posada Sánchez). UTM ED50
30T 354787,4776784,870.
Es de construcción reciente en sustitución de otro
que hubo en su mismo lugar, parte de cuyos materiales
originales aún son observables en la inmediata zona
ajardinada.
Cubierta a cuatro aguas, teja árabe y planta rectangular,
de 7 x 5 m, y 2 m de línea de cumbre.
Sustentación en cuatro pilares troncopiramidales de
madera apoyados en peanas bajas y rematados en
rodeznos de piedra de mármol blanco cortado a sierra.
Escalera exenta, de buenas piezas de sillería y cinco
51 Trasmitido por uno de los nietos de Ventura Quintanal.
52 Comunicación personal de Lino Mantecón.
niveles, rematada en un descansillo cuadrado. En el
vano se ha instalado una mesa fija, también de mármol
blanco sobre un grueso pedestal; se han colocado
toneles para ambientar este espacio.
Estado de conservación: La conservación es buena
dado que todos los materiales originales han sido sustituidos,
incluso los elementos de piedra por mármol
cortado a sierra; la madera está barnizada. Pero el
aspecto de la pieza se ha modernizado, perdiendo gran
parte de su interés etnográfico, y puesto a juego con
los edificios remozados del barrio.
Protección legal: Incluido en el Inventario General
del Patrimonio Cultural de Cantabria por Resolución
de la Dirección General de Cultura del 27 de octubre
de 200953 (fig. 82).
Cotillo 1
En finca privada situada en un vallejo al Este del
pueblo de Cotillo (Anievas). Es propiedad de hermanos
Bengoechea. Se ha identificado la entrada a la
finca con el rótulo “El hórreo de Pedruco”. UTM
ED50 30T 418966,4783876,300.
Es de reciente construcción, realizada hacia los
años 80 del s. XX.
Hórreo cubierto a cuatro aguas de teja árabe concluida
en cúspide y rematada pon pináculo, de 7 x 7 m;
dispone de pesebrón para recoger el agua y evitar que
el goteo de las canales sea empujado por el viento a la
madera. Cuatro pilares, rodeznos y calce de hormigón.
Circunvalado en tres caras por corredor abalaustrado;
la cuarta apoyada contra terreno.
La puerta del hórreo tiene decoración esmerada, de
elementos animalísticos y geométricos.
Usos actuales: Estancia de ocio y vacacional
(fig. 83).
Cotillo 2
Inmediato a la iglesia de San Andrés y anexo a una
casona montañesa rehabilitada para uso como posada
rural, denominada “El Rincón de Doña Urraca”
(Titular: Yolanda Díaz Zunzunegui). En Cotillo
(Anievas); UTM ED50 30T 418745,4783981,280.
Construido el año 2004 según dimensiones del
representado en los planos de Alfonso de la Lastra en
Anievas (Lastra 1992), reforzado a seis pilares.
Cubierta a dos aguas con teja árabe, de 11 x 7 m.
Seis pilares de roble sobre peanas y rematados con
rodezno de piedra de corte reciente. Madera de pino.
53 Inventario General I.G. I.0111
156 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
ISSN 0214-7971
Sus propietarios tienen pendiente de reproducir la
decoración del cargadero “ALABADO SEA EL
SANTISIMO SACRAMENTO POR SIEMPRE”, que
tuvo el hórreo que sirvió de modelo. (vid. fig. 3:117)
Se construyó para ser utilizado como aula en el
conjunto de servicios que ofrece la posada rural a la
que es anejo (fig. 84).
Boria
Situado dentro de la finca de un chalet, en el barrio
de Boria nº 1011 (San Vicente de la Barquera), sobre
la margen izquierda de la ría en una zona de uso residencial,
inmediato a la antigua carretera N-634, a unos
150 m de la salida del puente en dirección a Oviedo.
Es conocido en el pueblo como “el hórreo de Maribel.
UTM ED50 30T 386678,4805006,15. La construcción
de la vivienda y urbanización de la finca es de 1987.
Hórreo de cubierta a cuatro aguas, de 7 x 7 m y
cumbre de 1,5 m aproximadamente. (fig. 85)
Viar
Junto a la carretera de Villaparte a Ojébar, próximo
a la iglesia de San Roque, en finca particular propiedad
de Gerardo Martínez (Ayuntamiento de Rasines).
UTM ED50 30T 466694,4795254,123.
Construido hacia el año 1995 por el propietario de
la finca, siguiendo criterios de hórreos gallegos y
asturianos observados.
Hórreo de plantea rectangular tipo “panera”, con
cubierta a cuatro aguas de teja árabe y dos pináculos
en los extremos de la cumbre. Originalmente fue
construido con seis pilares y vano abierto, sin rodeznos;
cerrado después con tabique cubierto de pizarra
horizontal, eliminando alguno de los pilares y añadiendo
puertas y ventanas en la planta inferior. Escalera de
materiales modernos adosada al edificio. Parte de la
madera de roble utilizada fue adquirida de la demolición
de una vieja cada de Bilbao.
Usos actuales: Fue utilizado inicialmente como
gimnasio; en la actualidad como almacén de elementos
domésticos y taller. (fig. 86)
Riclones
Se encuentra en el paraje agrario de La Llarda, en
el pueblo de Riclones (Rionansa) en una pequeña finca
de 0,04 ha. Ofertado con vivienda rural. En las coordenadas
UTM ED50 30T 382173,4793408,160.
De reciente construcción, es un hórreo a cuatro
aguas, cubierta de teja árabe rematada por un pináculo
en la cúspide. Dispone de balconada circundante con
las esquinas achatadas. El vano se encuentra cerrado.
Dispone de ruedas de carros y elementos similares
para dar un ambiente rústico al hórreo. Se destina a
hospedaje. Dispone de chimenea, ventanales y otros
elementos funcionales acordes con el uso a que se
destina. (fig. 87)
Camijanes
Se encuentra a unos 500 m al norte de Camijanes
(Herrerías), junto a la carretera general, integrado en el
conjunto de apartamentos rurales. UTM ED50 30T
479378,4799049,138.
Es de reciente construcción, destinado a alojamiento.
Tiene cubierta a cuatro aguas de teja árabe y planta
rectangular de 6 x 8, cumbre de 2 m aproximadamente.
Dispone de ventanales, está habilitado como habitación.
(fig. 88)
La Riestre54
Se encuentra en el pueblo de Camaleño, junto a la
carretera formando parte de un complejo hostelero. Es
de construcción reciente, propiedad de Mª. Luisa Vidal
Heras. Tiene planta rectangular y cubierta a cuatro
aguas de unos 4 m de línea de cumbre, dimensiones
de 7x13 m y 14 tentemozos en todo su perímetro. Se
encuentra en las coordenadas UTM ED50 30T
362142,4778972,440.
El Hórreo de Bores
Se encuentra en el pueblo de Bores (Vega de
Liébana), en las coordenadas UTM ED50 30T
364318,4772678,590. Es propiedad de Manuel de la
Torre Salceda.
Nueva construcción de finales de la década de los
80, aprovechando materiales de derribo en Riaño
(León) al cerrarse la presa. Construido según proyecto
de César Gutiérrez, en un lugar donde con anterioridad
no había hórreo.
Hórreo tipo “panera” de seis pilares, con cubierta a
cuatro aguas de teja árabe, superficie de caja de 8,3 x
4,5 m y línea de cumbre de 4 m, altura de 6,5 m Tiene
una balconada alrededor de la caja, escalera de acceso.
Con varias puertas y ventanas, todas ellas con contraventanas
de madera. Dispone de chimenea.
54 E n informe emitido por el Ayuntamiento de Camaleño a la
Consejería de Cultura, Deportes y Turismo (Ayuntamiento de
Camaleño 2006) se recoge otro hórreo en La Riestre, aunque este
segundo se trata de una maqueta; está situado en una finca
inmediata al que reseñamos.
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 157
Kobie. AntropologíA CulturAl 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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Se construyó con la finalidad de dedicarlo a hostelería,
actividad que, bajo varios titulares, ha sostenido
desde su construcción hasta 2008. (fig. 90)
El hórreo de Noja
Situado en el pueblo de Noja, en las coordenadas
utM eD50 30t 457036,4814883.
edificio moderno con forma de hórreo destinado a
servicios de hostelería, levantado con materiales habituales
en construcción actual (hormigón, elementos
metálicos...). (fig. 91)
san Román de Cayón
hórreo de reciente construcción en el pueblo del
que coge nombre (Ayuntamiento de Santa María de
Cayón) destinado a alojamiento turístico. tiene cubierta
a dos aguas de teja árabe, cuatro pilares con peanas
y rodeznos, escalera de piedra y caja de madera, con
porche en la zona de entrada y ventanas. en su interior
hay aseo, cocina... (fig. 89)
4. tiPoLoGÍAs dEL hóRREo En EL
tERRitoRio dE LA CAntAbRiA ACtuAL.
A lo largo del siglo XX, como manifestábamos
anteriormente, era dominante la búsqueda de un prototipo
“regional”, circunscrito a una división en provincias,
para la de Santander, aun sin haberse desarrollado
inventarios ni estudios suficientes (riancho 1945 y
Lastra, 1986).
también se ha sostenido una clasificación dual
lebaniego-leonesa y pirenaico-montañesa con frontera
en el Nansa (kraemer 1985) siguiendo a G. Lozano y
A. Lozano 2003), que otros investigadores observan
que no se correspo nde con realidades morfológicas ni
constructivas (Marcos y Mantecón 2003: 5).
Consideramos que no es objetivo viable establecer
actualmente comparaciones regionales con los hórreos
de Cantabria desde esquemas temporales diacrónicos a
falta de conocimientos sobre la morfología de los
hórreos antiguos, medievales y anteriores, incluso de
los habituales en la edad Moderna.
hórreos de construcción reciente: desde el ánguno superior izquierdo; espinama 1, Cotillo 1, Cotillo 2, San Vicente de la Barquera, Viar, riclones,
Camijanes, San román de Cayón, Bores y Noja.
Fig. 82
Fig. 86
Fig. 89
Fig. 87
Fig. 90
Fig. 88
Fig. 91
Fig. 83 Fig. 84 Fig. 85
158 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
ISSN 0214-7971
La información que pudiera verter el método
arqueológico aplicado a los hórreos es posible que, en
una zona tan alterada y húmeda como la región en
estudio, podría estar relacionada con los materiales
(piedra/madera) y el tamaño, indicador de la relevancia
productiva de una casa o comunidad en una etapa
concreta en torno a la construcción, a priori poco
indicativos para abordar categorías o estudios relacionales.
No existen tampoco estudios pormenorizados
sobre los momentos fundacionales. Nos conformaremos
en estas condiciones con realizar un limitado
desglose de tipos con la muestra que ha pervivido
hasta la actualidad.
Clasificación de los hórreos de la Comunidad
Autónoma de Cantabria
Sin entrar en clasificaciones derivadas de los detalles
constructivos menores, se distingue claramente un
pequeño conjunto de tipos, catalogables en función del
tamaño, estructura constructiva y tipo de cubierta, que
también vienen siendo elementos utilizados para la
catalogación usuales en otras regiones. Aunque no se
trata de un criterio de gran rigor metodológico que se
presta a distintas clasificaciones para un mismo elemento,
cumple el propósito de sintetizar una visión
global de las modalidades existentes:
1. P aneras (según denominación habitual en
Asturias, que los autores han ido extendiendo a
través de la divulgacfión de estudios sobre el
hórreo) El criterio para enmarcar un hórreo en
esta categoría es el tamaño mayor; de planta
rectangular; seis pilares en la de Cades
(Herrerías), al parecer construida en Cantabria, y
de 8 pilares la de Puente Arce, procedente de
Asturias.
2. H órreos con cubierta a cuatro aguas, generalmente
de planta cuadrada -a veces rectangularesy
cuatro pilares, aunque algunos han sido reforzados
y disponen de seis. Existen aún 13 hórreos
de esta modalidad: tres en Espinama, Fuente Dé
(Procedente de Pido), Pido 1, los dos conservados
en Las Ilces, Mieses 1 (procedente de Pido),
Mogrovejo, Cosgaya y Areños (Camaleño);
Muriedas (Camargo, procedente de Pido); los de
Cabezón de Liébana (procedente de Asturias) y
Somaniezo (Cabezón de Liébana); y las paneras
citadas.
3. H órreos con cubierta a dos aguas, rectangulares
o sensiblemente cuadrados, provistos habitualmente
de cuatro pilares. Está documentada su
extendida presencia en la región a mediados del
s. XX en los pueblos de Anievas, Quintana de
Toranzo, Belmonte (Polaciones). Se conservan
siete ejemplares: Valdeprado y Avellanedo
(Pesaguero), Baró, Mieses 2, Pido 2, uno en
Espinama (Camaleño) y el de Casar de Periedo
(Cabezón de la Sal).
4. H órreos carentes total o parcialmente de pilares,
apoyados sobre paredes de piedra que cierran el
vano inferior -algunos reconvertidos- que mantienen
el cuerpo superior del edificio de madera.
Son ejemplo de esta modalidad los hórreos de
Casar de Periedo y el de Liendo, último caso
parece de influencia pirenaica.
Es anotable que parte de los hórreos de la región
están compartimentados, algunos de ellos tras su
construcción, por reparto de herencias desde un ancestro
común. Pero en algunos, como se observa en las
representaciones de los arquitectos González de
Riancho y Lastra, existieron también pequeñas divisiones
de origen, en la zona frontal, que indica alguna
estructuración interna, seguramente destinadas a usos
especializados de las estancias.
Algunos elementos decorativos
Alguno de los hórreos cuya existencia conocemos
por transmisión literaria han poseído decoraciones y
sólo uno de los actualmente conservados las tienen.
No consideramos los trasladados desde Asturias, en
los que se observan también algún elemento añadido
modernamente.
Los elementos decorativos más frecuentes estaban
basados habitualmente en círculos con geometrías
hexagonales u octogonales y sus múltiplos -fácilmente
trazables a compás y escuadra- tallados en bajo relieve
sobre la madera de la viga superior de la cara frontal y
a veces en las jambas de la puerta o en ésta misma;
también se trazaban cordelerías, elementos verticales a
modo de columnas salomónicas, rótulos con frases de
contenido reflexivo o religioso y símbolos cristianos,
como cruces o cálices. Estos últimos casos recuerdan
que en el Medievo y hasta la época de las desamortizaciones
era habitual que fueran abadías, iglesias o
destacadas familias vinculadas a la estructura eclesiástica
las propietarias de una parte importante del terreno
cultivable.
Fueran civiles o vinculados a la religión los propietarios
de graneros con decoraciones fundados en el
Antiguo Régimen, parece que pertenecían a casas de
especial relevancia, que eran a su vez las que disponían
de ostentación externa en el edificio de vivienda,
fueran símbolos haráldicos o simples decoraciones.
Dado que la mayor parte de los hórreos que se han
conservado hasta hoy lo han hecho por su funcionalidad
en el mundo agrícola y que han llegado hasta
nosotros en manos ya de clases populares, entendemos
natural su austera funcionalidad y ausencia de elementos
de adorno; aunque algunos hórreos de fundación
más antigua los hubieran tenido, es probable que en
reparaciones o traslados, bajo nuevos titulares sin
LoS hórreoS eN CANtABrIA (eSpAñA): eStADo De LA CueStIóN AL Año 2010. 159
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relación con los fundadores, llegaran a perderlas. en
un mundo de fuerte componente comunal en la economía
y las relaciones vecinales, que ha sobrevivido
hasta tiempos recientes en los valles occidentales de la
región -principal reservorio de hórreos en Cantabriaestos
elementos distintivos podrían incluso ser considerados
“de mal gusto” social, en cuanto rompían
uniformidad en las bases igualitarias de convivencia
comunera.
Del grupo de Anievas se nos transmiten indicios de
frecuentes decoraciones, quizás vinculados a propiedades
campesinas de alguna estructura religiosa, a
juzgar por los testimonios transmitidos por Javier
González de riancho y Alfonso de la Lastra Villa.
reproducimos sus dibujos, que nos ilustran expresamente
de los contenidos. La frase completa de de uno
de ellos es, como ya se ha transcrito, “esta vida es de
penas y dolores, hacer obras buenas para ganar la
eterna; Jesús, María y José. Año de 1652”, de gran
interés por indicarnos el año de fundación y su pervivencia
durante trescientos años. en otro reza “Alabado
sea el Santísimo Sacramento por siempre”. pueden
verse cenefas de rosetones octogonales, las clásicas
rosas hexapétalas, cordelerías, canecillos…
el desaparecido hórreo de Belmonte disponía
también de varios rosetones, al parecer de geometría
hexagonal, con algunas intercalaciones de cajas rectangulares;
estaban dispuestas sobre la viga superior
de la puerta y las jambas de madera de la misma.
en Casar de periedo la principal decoración observada
está constituida por un elemento longitudinal
acordelado y tres rosetones excepcionalmente elaborados.
uno de ellos contiene elementos radiales curvos
que asemejan claviformes (unos 20 elementos); otro
parece representar un estrella de 16 puntas, con el
interior del círculo también trabajado, y el tercer
rosetón está constituido por una cenefa de vaciados
triangulares en la corona circular y el interior a la
misma también grabado con estrellas geométricas. La
complejidad de las decoraciones parece apuntar a una
maestría propia de profesionales destacados. el estado
de conservación es ya deficiente, como puede observarse
en la fotografía adjunta. La desaparición de este
singular elemento constituiría una pérdida irreparable,
siendo procedente la consolidación en estos momentos
en que aún se conserva en condiciones aceptables,
tanto de la fachada principal en que se hallan los grabados,
como de todo este excepcional hórreo y la
estructura arquitectónica que ha ido creciendo en torno
al mismo.
Fig. 92. Detalle de las esmeradas decoraciones en uno de los ya
inexistentes hórreos de Villasuso (Javier riancho 1945) (Vid. p118)
Fig. 93. hórreo en Villasuso de Anievas (Lastra 1992). (Vid, fig. 3:117)
Fig. 94. Decoración en el hórreo de Belmonte (Lastra 1992)
Fig. 95. Decoración que se conserva en el hórreo de Casar de periedo,
fachada norte.
160 J. GoNZáLeZ eCheGArAy,V. FerNáNDeZ ACeBo, C. péreZ MArtíNeZ
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estos elementos que aparecen en los hórreos nos
recuerdan a motivos que también se observan en la
piedra de algunos edificios de excepcional factura de
los pueblos, aportados seguramente desde la tradición
local, así como en dinteles de casas más rústicas y
cabañas ganaderas pertenecientes a familias mejor
aposentadas; éstas últimas, como sabemos, proliferaron
desde la época romántica para la producción de
leche, una época de cierto regusto por los elementos de
sabor tradicional. también en puertas y postigos de
viviendas de la cantabria rural, siendo algunos de estos
motivos comunes al área cantábrica, de frecuente presencia
en muebles de antigüedad secular, aún en uso,
procedentes de familias destacadas en su época.
5. LA ConsERVACión
5.1. La cuestión de la supervivencia de hórreos y
componentes similares de la casa agrícola.
el hórreo fue un elemento adicional –exento– de la
casa cuando ésta constaba de planta única, convivían
animales y personas y el secado y conservación de los
alimentos no era practicable en esas condiciones. ya se
comentó que la primera desaparición masiva del
hórreo en el paisaje montañés habría enlazado con la
incorporación de sus funciones en la moderna “casa
tradicional” que se popularizó principalmente a partir
del siglo XVI y en tiempos posteriores, con el añadido
de solanas y desvanes, en contexto de los grandes
cambios sociales y económicos que tuvieron lugar con
la llegada de la edad moderna.
Además de la pérdida ya definitiva de las funciones
que justificaron su existencia, y de los problemas
relacionados con su material de construcción vegetal,
pueden listarse otra serie de factores que han condicionado
su lenta desaparición:
Las dificultades derivadas de la alta media de edad
de la población rural, con escasa autonomía física para
realizar personalmente el sostenimiento y los habituales
escasos recursos económicos. paralelamente los
oficios tradicionales han ido perdiéndose en el ambiente
rural, a la vez que se han incrementados los precios
de forma no proporcionada a los ingresos de los propietarios
dedicados a la agricultura o la ganadería.
problemas derivados de su tratamiento jurídico
como elemento mueble, mientras que la normativa
urbanística los califica habitualmente como inmuebles,
impidiendo su traslado y dificultando el acceso a
determinadas ayudas públicas55.
Adicionalmente, su ubicación habitual en valorados
suelos de los cascos urbanos ha condicionado que
en ocasiones desde la Administración local no se
hayan hecho esfuerzos para mantenerlos, tendiendo
más a la liberación de espacios.
La desconfianza, ausencia de vías adecuadas de
información y dificultades administrativas para acceder
a las subvenciones de los organismos públicos han
condicionado que en algunas campañas de conservación
promocionadas por la Consejería de Cultural del
Gobierno de Cantabria no haya habido ni una sola
solicitud por parte de los propietarios.
Se conocen casos en que las dificultades para la
restauración están relacionadas con la falta de acuerdo
entre varios copropietarios que han recibido el hórreo
por herencia de un antepasado común
ha sido indudable un interés desde el sector público
por la conservación de los hórreos como elemento
etnográfico relevante en Cantabria en las últimas
décadas, lo mismo que su valoración por los visitantes
y algunos titulares, pero otros propietarios no están
interesados en el mantenimiento de sus hórreos, debido
principalmente a los costes.
55 esta calificación jurídica fue a veces utilizada por particulares
para intentar acceder a propiedad de espacios públicos, como
ilustra Santos Briz (2010), error administrativo heredado por el
que todavía puede leerse en la redacción de normas urbanísticas
de algún pueblo de Liébana la atribución de “propiedad de solar
de un hórreo” en plazas públicas de cascos urbanos.
Fig. 96. puerta de la “panera de Cades”. podría haberse instalado con
posterioridad a la fundación. (Vid. nº 15, p. 135)
Los hórreos en Cantabria (España): Estado de la cuestión al año 2010. 161
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
ISSN 0214-7971
Contra toda esta corriente de problemas, se ha
observado cómo en los últimos años varios propietarios
han hecho esfuerzos importantes para mantener su
hórreo, pero el balance de las última décadas no
resulta muy positivo y las próximas serán problemáticas
para varios ejemplares, como puede deducirse del
desglose realizado en las fichas, si no se actúa específicamente
para su conservación. Medidas como dotarles
de nuevos usos, facilitar su desplazamiento o dotar
recursos desde los organismos públicos para llevar a
cabo restauraciones profesionales que conserven su
valor etnográfico constituyen algunas de las diversas
propuestas que los especialistas suelen recomendar, y
que se ven también adecuadas para algunos casos en
Cantabria.
5.2. La protección de los hórreos en Cantabria
La llegada de Gustavo Kraemer Koeller a Liébana,
donde se avecindó y vivió desde 1953 supuso un punto
de inflexión en el tratamiento conservacionista de los
hórreos de Cantabria. Añadía a su interés por la cultura
y formación en Etnología, su conocimiento en técnicas
de conservación de piezas de base celulósica y la
fabricación de productos químicos para preservar la
madera del ataque de insectos.
A través del ambiente generado por su iniciativa el
hórreo adquirió una nueva puesta en valor que sustituía
al protagonismo que tuvo en la sociedad y en la
economía local, prácticamente ya perdido al ir dejando
de utilizarse como almacén de alimentos. Convirtió los
hórreos de Cantabria, principalmente los de la comarca
de Liébana, en bienes etnográficos. Kraemer materializó
personalmente las restauraciones de 4 hórreos e
inició las de otros 3 (Campos 2001).
Principales actuaciones legislativas y
administrativas para la conservación de los
hórreos:
En época moderna, correspondiente al nuevo régimen
político y administrativo surgido en 1978, las
Administraciones públicas han llevado a cabo algunas
actuaciones directamente dirigidas a la protección y
conservación de los hórreos en Cantabria, de diferente
carácter a las desarrolladas en las comunidades autónomas
vecinas. La relación que sigue da una idea de
las líneas seguidas y de algunas limitaciones y retrasos
de décadas a que han estado sometidas:
1979-07-16. Por Resolución de la Dirección
General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos
se incoa expediente de declaración monumental de los
hórreos de la entonces denominada Provincia de
Santander. No llegó a término este proceso administrativo
del Estado central, debido seguramente al desarrollo
del “Estado de las Autonomías”.
1998. La Ley del Patrimonio Cultural de
Cantabria establece la elaboración de un Inventario
de Bienes Etnográficos56:
“Artículo 98. Deber de protección y conservación.
1. La inscripción en el Registro, Catálogo o
Inventario, según proceda, de un espacio, bien material
o inmaterial de interés etnográfico, conllevará la salvaguarda
de sus valores y, consecuentemente, la obligación,
por parte de la Administración regional y las
Administraciones afectadas, de adoptar las medidas
conducentes a su protección, promoción, divulgación
y potenciación.
A sabiendas del instrumento primordial que representan,
la Administración regional dispondrá en todo
momento de un registro, de un inventario y de un
catálogo, detalladamente elaborados, del Patrimonio
Etnográfico de Cantabria, incluyendo tanto los espacios
como los bienes materiales y los inmateriales.
2. La inscripción específica en el Registro General
de Bienes de Interés Cultural de Cantabria de un lugar
cultural de interés etnográfico o, en su caso, de un bien
material o inmaterial, llevará implícita la salvaguarda
de los valores que se pretende preservar, así como la
necesaria coordinación de los planeamientos urbanísticos,
medioambientales y de otros que concurrieran a
los efectos pertinentes.”
2000-07-07. Se debate y vota la Proposición no de
Ley Nº 33, relativa a elaboración de una publicacióncatálogo
de los hórreos de Liébana, presentada por el
G.P. PSOE-Progresistas. La propuesta es rechazada
por el Parlamento de Cantabria. (BOPCA nº 175, de
16.3.00).
2001-01-12. Pregunta nº 156 sobre medidas alternativas
a la falta de convocatoria de subvenciones para
rehabilitación de los hórreos de Liébana y otros extremos,
presentada por el Grupo Parlamentario PSOEProgresistas:
El Consejero de Cultura y Deportes
explica que en el anterior ejercicio presupuestario se
habilitó una partida específica en el Programa 4581 de
Patrimonio Cultural, con objeto de que los propietarios
de los hórreos pudieran acogerse a las oportunas subvenciones
para su rehabilitación, pero que respuesta
56 E l Inventario de Bienes de valor etnográfico, y otros varios
inventarios patrimoniales contemplados en la Ley de Cantabria,
no se han desarrollado hasta la actualidad, por lo que una parte
importantes de los bienes culturales de la región se encuentran
desprotegidos jurídicamente, transcurrida más de una década
desde la publicación de la Ley.
162 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
ISSN 0214-7971
por parte de los propietarios de los hórreos fue nula57,
“por lo que la Consejería optó en este siguiente ejercicio
actuar a través de los Ayuntamientos”, debido a la
proximidad de relación de éstos con los propietarios,
intentando llegar a acuerdos para la rehabilitación de
los hórreos. (Parlamento de Cantabria, Diario de
Sesiones).
2003-02-10. Resolución de la Consejería de Cultura
y Deporte del Gobierno de Cantabria por la que se
decide incoar expediente de declaración de los hórreos
como Bienes de Interés Cultural.
2009-02-12. El Consejo de Gobierno declara caducado
el procedimiento incoado para la declaración
como Bien de Interés Cultural, con la categoría de
Monumento, a favor de los Hórreos de Liébana y la
Panera de Cades.
2009-05-21. Acuerdo de la Dirección General de
Cultura de apertura de expediente para declarar 21
hórreos como Bienes Inventariados.
2009-10-27. Resolución de la Dirección General
de Cultura por la que se aprueba la inclusión en el
Inventario General del Patrimonio Cultural de
Cantabria, a favor de diversos Hórreos [21 hórreos] de
Cantabria en los términos municipales de Camaleño,
Pesaguero, Cabezón de Liébana, Camargo y
Herrerías:
57 E ste desinterés de los propietarios no es excepcional; al otro lado
de la cordillera, el Instituto Leonés de Cultura y la Diputación
Provincial de León establecieron, también en 2001, un programa
especial preferente dotándolo de ayudas económicas para la
conservación de los más de 300 hórreos que quedan en la
provincia, al que se acogieron una decena de titulares.
Como se puede deducir de la tabla, de los 21
hórreos incluidos en el Inventario de Bienes Culturales,
15 se encuentran en el municipio de Camaleño y los 6
restantes en los de Pesaguero, Cabezón de Liébana,
Herrerías y Camargo. Algunos de ellos fueron trasladados
desde su situación original dentro de Cantabria
a los actuales emplazamientos, como se especifica en
las fichas; otro procede de la vecina Asturias. Varios
han sido reacondicionados, sea con materiales tradicionales
o modernos, y uno es de nueva construcción,
levantado con materiales modernos y acomodado
como aposento. Al hórreo de Casar de Periedo le
correspondería la inclusión el en Inventario al aprobarse
el Plan de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de
Cabezón de la Sal; el de Zurita dispone de protección
por pertenecer al conjunto monumental denominado
“la Casa de Colina”, declarado Bien de Interés Local.
Se observa de la lista de hórreos “protegidos”
legalmente que la relación es aún parcial. No se contemplan
algunos de gran interés y antigüedad, están
declarados hórreos de reciente construcción y sólo
alguno de los trasladados desde Asturias, etnográficamente
de interés. El hecho de que las declaraciones
como “bienes protegidos” de estos elementos patrimoniales
hayan sido sometidas en la Ley de Cantabria
11/1998 del Patrimonio Cultural al albedrío de los
redactores de la normativa urbanística -la redacción de
esta normativa legal fue realizada en pleno auge del
llamado “boom urbanístico” ha condicionado un tratamiento
legal muy diverso a los hórreos de la región,
dependiendo en general de los municipios y del valor
añadido de los terrenos en que se encuentran situados.
Es deseable que la visión de conjunto que se ofrece
facilite a futuro un tratamiento equilibrado que permita
la conservación de estos elementos de máximo
interés etnográfico.
6. Resumen y conclusiones
Aparte de los hórreos de reciente construcción o de
aquellos otros que han sido trasladados a Cantabria
desde Asturias, se describen aquí y se estudian 26
hórreos autóctonos aún existentes en la región, 3 de
ellos con características morfológicas excepcionales y
otros 4 trasladados de su lugar original, pero dentro de
los límites de Cantabria. Además se consigna, aduciendo
descripciones o fotos, la existencia de otros ya
desaparecidos. Hablamos, pues, de un total de 32
hórreos en la actual Cantabria. Por otra parte, se
recogen noticias documentales, desde el siglo IX hasta
los tiempos modernos, referentes a la existencia de
numerosos hórreos dispersos por la totalidad de la
región. También los conservados hasta el siglo XX
abarcan prácticamente todo el territorio regional, si
bien la mayoría se concentra en comarcas que se consideran
aisladas, dando la impresión de tratarse de un
elemento etnográfico de carácter más bien residual.
Camaleño
4 hórreos en Espinama
1 hórreo en Fuente Dé
2 hórreos en Pido
2 hórreos en Las Ilces
2 hórreos en Mieses
1 hórreo en Mogrovejo
1 hórreo en Cosgaya
1 hórreo en Areños
1 hórreo en Baró
Pesaguero
1 hórreo en Avellanedo
1 hórreo en Valdeprado
Cabezón de Liébana
1 hórreo en Somaniezo
1 hórreo en Cabezón de
Liébana
Camargo
1 hórreo en el Museo
Etnográfico de Cantabria
Herrerías
1 Panera en Cades
HÓRREOS PROTEGIDOS COMO BIENES
CULTURALES INVENTARIADOS
Los hórreos en Cantabria (España): Estado de la cuestión al año 2010. 163
Kobie. Antropología Cultural 15, año 2011 Bizkaiko Foru Aldundia-Diputación Foral de Bizkaia. Bilbao.
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La mayoría de los hórreos cántabros presenta su
tejado a dos aguas, si bien en la comarca de Liébana
abundan más los hórreos con el tejado a cuatro aguas.
No ha sido la finalidad del presente estudio realizar
comparaciones con semejanzas o diferencias entre
unas comarcas y otras dentro de Cantabria, ni establecer
relaciones formales con los hórreos de las vecinas
regiones. Nuestro propósito ha sido presentar la situación
actual, acompañada de la aportación de datos, lo
más precisos posibles, acerca de los hórreos de
Cantabria, quedando abierta la posibilidad de ulteriores
estudios, que profundicen más sobre el tema. Los
futuros estudiosos podrán ahora contar con la garantía
de partir de una base sólida y documentada, para poder
establecer en su caso criterios y teorías acerca del
significado y encuadre de los hórreos de Cantabria
dentro del fenómeno general del elemento “hórreo” en
el norte de la Península Ibérica.
7. Agradecimientos
Los autores manifiestan su agradecimiento a las
entidades y personas que les han aportado o permitido
acceder a la información o documentación para llevar
a buen término el presente trabajo: Fundación
Marcelino Botín, Servicio de Patrimonio de la
Dirección Regional de Cultura del Gobierno de
Cantabria, Museo Etnográfico de Cantabria, Instituto
de Investigaciones Prehistóricas; y a Alfredo Mayor,
Esperanza Botella, Eva Bolado, Gabino Santos Briz,
Javier Marcos, Mariano y Jesús Bedoya, José Ignacio
Pombo, Juan Antonio Salcedo, Juan Bosco Mazarrasa,
Lino Mantecón, Luis Escallada, Margarita Fernández,
Mercedes Muriente, Miguel Ángel Arámburu-Zabala,
Ricardo Miñambres, Teresa Viar, Yolanda Díaz
Zunzunegui, Antxoka Martínez y Ernesto Nolte y
Aramburu, quien nos ha hecho sugerencias para la
mejora del resultdo final. Y a todos y cada uno de los
propietarios de los hórreos e informantes a quienes nos
hemos dirigido, por la amabilidad con la que nos han
tratado, la interesante información que se han esforzado
en transmitirnos y las facilidades que nos han dado
para la toma de datos de campo.
164 J. González Echegaray,V. Fernández Acebo, C. Pérez Martínez
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Anexo 1. Tabla de los hórreos de Cantabria constatados en 2010, ordenados por municipios.
Municipio nº Originales nº Trasladados Restos/Imágenes Nueva constr.
Anievas Villasuso (varios) Cotillo 1
Anievas Cotillo 2
Astillero 26 Guarnizo
Cabezón de la Sal 16 Casar de Periedo
Cabezón de Liébana 14 Somaniezo 23 C. de Liébana Perrozo
Camaleño 1 Espinama 2 Espinama (Varios)
Camaleño 2 Espinama 3
Camaleño 3 Espinama 4
Camaleño 4 Pido 1 Pido (Varios)
Camaleño 5 Pido 2
Camaleño 6 Las Ilces 1 Las Ilces
Camaleño 7 Las Ilces 2
Camaleño 8 Mogrovejo
Camaleño 9 Cosgaya
Camaleño 10 Areños
Camaleño 11 Baró
Camargo 24 Muriedas
Corvera de Toranzo Quintana de Toranzo
Herrerías 15 Cades Camijanes
Lamasón Cires
Liendo 19 Liendo
Los Corrales de Buelna Los Corrales
Luena Los Pandos
Noja El Hórreo (Noja)
Pesaguero 12 Avellanedo 20 Fuente Dé Espinama 1
Pesaguero 13 Valdeprado 21 Mieses 1 La Riestre
Pesaguero 22 Mieses 2
Piélagos 17 Zurita 25 Puente Arce
Polaciones 18 Belmonte Belmonte
Polaciones Tresabuela
Polaciones Salceda
Polaciones San Mamés
Rasines Viar
Rionansa Riclones
S. Vic. de la Barquera Boria
San Miguel de Aguayo San Miguel
San Miguel de Aguayo Santa Olalla
Santa María de Cayón San Román
Tudanca La Lastra
Vega de Liébana El Hórreo (Bores)
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